Moscú ha acusado a los países occidentales de iniciar una guerra mediática contra Rusia. Es por eso que se estudia la posibilidad de crear un centro especializado de historiadores que se encargue de ofrecer la interpretación “correcta“ de la historia del país desde la perspectiva de los actuales inquilinos del Kremlin, informa Radio Praha.
El oficialismo ruso afirma ser víctima de una guerra mediática orquestada por Occidente que trata de presentar una versión tergiversada del papel de Rusia en importantes capítulos de la historia.
El diario ruso Kommersant asegura que el blanco de la campaña es la joven generación que accede a informaciones sobre su país de fuentes occidentales.
Con el propósito de combatir la manipulación del papel positivo de Rusia a nivel mundial, los asesores del presidente Vladimir Putin recomiendan establecer un centro en el que los historiadores compilarían una interpretación «verdadera y objetiva» de los acontecimientos clave de la historia rusa, incluida la Revolución Bolchevique, la Segunda Guerra Mundial y la invasión de Checoslovaquia de 1968.
El ministro checo de Relaciones Exteriores checo, Lubomír Zaorálek, rechazó las afirmaciones de que la República Checa se dedique a difundir información falsa sobre ese trágico capítulo de la historia del país.
“De manera categórica rechazo la afirmación de que nosotros estemos inmiscuidos en una guerra mediática. Nos interesa la verdad, y nuestros historiadores han realizado un gran trabajo en ese sentido”.
Además de los sucesos de 1968, cuando varios países del Pacto de Varsovia, encabezados por las tropas soviéticas, invadieron Checoslovaquia, los rusos tratan de poner en luz positiva otros capítulos de su historia como el acuerdo Ribbentrop–Molotov y la represión estalinista.
El grupo de investigación Valores Europeos, que entre otros temas se dedica a analizar la propaganda rusa contemporánea, alertó en agosto sobre un documental publicado en Rusia en 2015 en el que se ofrece la versión de Moscú de la invasión de Checoslovaquia.
En el documental, soldados soviéticos, que participaron en la operación, afirman haber sido atacados con armas automáticas, opinan que se preparaba una revuelta armada y un golpe de Estado por parte de la OTAN.
Consultado por la TV Checa, el director de la ONG Gulag.cz, Štepán Černoušek, considera que el Kremlin trata vender una imagen positiva del país en momentos en que la popularidad de Rusia ha caído internacionalmente.
“Percibimos una especie de esfuerzo por presentar todo lo occidental, lo extranjero, como parte de una guerra contra la Rusia de nuestros días”.
De acuerdo con Černoušek, no es bueno que los políticos sean los que determinen cuál será la interpretación de los acontecimientos históricos de una nación, tal y como sugiere el Kremlin. Eso es tarea de los historiadores independientes tal y como ocurre en la mayoría de los países.
Fuente: Radio Praha.