La derrota de Rusia por estrecho margen el sábado 14 de mayo en el concurso musical de Eurovisión no fue la única tensión en una competencia llena de luces, pirotécnicos y nacionalismo, informa Global Voices. Aun antes de que la artista ucraniana Jamala ganara con una canción titulada “1944”, sobre la deportación de los tártaros de Crimea en el gobierno de Josef Stalin, el representante ruso, el músico pop Sergey Lazarev, estuvo en el centro de un escándalo por difundir opiniones poco populares sobre la anexión de Crimea por parte de Rusia.
Después de ubicarse en tercer lugar del puntaje final, Lazarev fue tratado en gran parte como héroe nacional menospreciado en lo que muchos rusos vieron como una votación politizada. Sin embargo, antes de que fuera la víctima de “rusofobia” o de cualquier otro “complot proucraniano”, la decisión de que fuera él quien representara a Rusia en Eurovisión enfrentó críticas por los comentarios que hizo en 2014, donde cuestionaba la soberanía rusa en Crimea.
Hace dos años, en una entrevista con el canal ucraniano 1+1, Lazarev dijo que no considera a Crimea como parte de Rusia.
“No soy parte de esta euforia de ‘Crimea es nuestra’”, dijo Lazarev. “Tal vez después de esto, mis fans rusos empezarán a arrojarme tomates, pero para mí, viajar a Crimea es viajar a Ucrania. Por eso, cuando ponen en los conciertos ‘Crimea es nuestra’… no, no voy a formar parte de esto”.
Rusos autodescritos como patriotas, en línea y en público, han condenado los comentarios de Lazarev sobre Crimea. Dmitry Smirnov, reportero del cuerpo de prensa del Kremlin del periódico afín al gobierno Komsomolskaya Pravda, amenazó con boicotear el concurso:
La impaciencia de Smirnov por cuestionar la presencia de Rusia en Crimea encontró una audiencia receptiva entre sus 26,000 seguidores. Uno de los lectores incluso sugirió que los organizadores de Eurovisión podrían sabotear la participación de Rusia eligiendo a representantes como Lazarev.
Después, Lazarev se echó atrás de sus comentarios sobre Crimea, y dijo que la estación de televisión ucraniana editó la entrevista para hacer ver que apoyaba a Kiev y no a Moscú. En una entrevista con Lifenews, red de noticias afín al Kremlin, enfatizó que no quería ser parte de ninguna “campaña” política, y dijo simplemente que era muy joven para recordar cuando el premier soviético Nikita Khrushchev transfirió Crimea a la República Socialista Soviética ucraniana en 1954. “Así que para mí”, dijo Lazarev de manera ambigua, “es difícil y poco común viajar año a año a Crimea, a Ucrania, y luego, repentinamente… se vuelve Rusia. Conozco mucha gente que se alegra de que Crimea haya regresado a Rusia”, dijo. “Pero necesito tiempo para aceptarlo yo”.
Algunos de los críticos del músico especularon que Lazarev estaba tratando de satisfacer a ambos lados, calmando a los rusos mientras apela a las simpatías antirusas entre los jueces de Eurovisión y votantes en el exrtanjero.
No es de sorprender que en los dos últimos años, Lazarev haya tratado de decir lo menos posible sobre sus opiniones políticas. Es más, en abril se negó rotundamente a comentar acerca de las reivindicaciones de Rusia sobre Crimea, diciendo que ya no responde preguntas políticas.
Autor: Sasha Shapiro
Traducido por Gabriela Garcia Calderon Orbe
Fuente: Global Voices