Dos gamberros rusos se dedican a las bromas telefónicas y epistolares con el visto bueno del mismísimo Putin, escribió Rafael Mañueco para ABC.es
En su inmisericorde campaña de propaganda contra todos sus enemigos, el presidente ruso, Vladímir Putin, está echando mano, no sólo de los medios de comunicación que controla en su país, que son la inmensa mayoría, sino de todo un ejército de trolls que difunden sus mensajes en las redes sociales, de determinados centros de estudios políticos y sociológicos, tanto dentro como fuera del país, y también de unos bromistas telefónicos que se mofan de todo el mundo suplantando personajes.
En Rusia a estos gamberros se les llama «prankers», término que viene de la palabra inglesa «prank» (broma), y su actividad consiste en telefonear a artistas, políticos y personas públicas que, por una u otra razón, están en el candelero. Pero, claro, los llaman, no en su propio nombre, sino suplantando la personalidad de otro rostro conocido y mejor aún si es polémico. En Rusia los reyes de esta modalidad humorística se llaman Vladímir Kuznetsov, alias Vován, y Alexéi Stoliarov, conocido también como Lexus.
Su última trastada, sin embargo, no ha sido telefónica sino epistolar. Kuznetsov ha enviado una carta a la piloto ucraniana Nadezhda Sávchenko, que se encuentra actualmente en la cárcel en huelga de hambre a la espera de ser sentenciada a un porrón de años de reclusión por un delito del que se considera inocente. La Justicia rusa la acusa de haber facilitado a un destacamento ucraniano las coordenadas de un equipo de televisión ruso que fue después bombardeado con granadas de mortero, matando a dos de sus miembros.
Su abogado sostiene que no se han presentado pruebas fehacientes del supuesto delito y ella ha protagonizado varias huelgas de hambre, incluida la que inició a comienzos de este mes. Vován la pide en su carta que detenga la protesta y deje de poner en peligro su salud. Pero el texto va firmado no por él, sino nada menos que por el presidente ucraniano, Piotr Poroshenko, quien además la promete un puesto en el Gobierno cuando sea liberada. La broma a Sávchenko coló, pero fueron sus abogados los primeros que se la tragaron al dar la carta por auténtica.
Otra situación de chiste sonada fue la del mes pasado. Vován llamó por teléfono al líder turco, Recep Tayyip Erdogan, haciéndose pasar otra vez por Poroshenko. Kuznetsov logró tirarle de la lengua y que dijese que no se propone pedir perdón a Putin por el derribo de una cazabombardero ruso Su-24, en noviembre del año pasado. Erdogan y el falso presidente ucraniano hablaron también de cooperación para «hacer frente a la amenaza que supone Rusia».
En la conversación participó también Stoliarov en calidad del primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk. Según cuenta Vován en una entrevista al diario «Moskovski Komsomólets», la conversación fue en ruso a petición de la parte turca e intervinieron los traductores a este idioma al servicio de Erdogan. Asegura que le fue muy difícil contactar con el jefe del Estado turco, pero no revela cómo lo consiguió.
Existe la idea generalizada de que Lexus y Vován cuentan con la valiosa ayuda de los servicios secretos a la hora de conseguir los números de los móviles o de los despachos de las víctimas de sus gansadas. Desde el Kremlin se fomenta este tipo de humor en las televisiones rusas para ridiculizar a los adversarios de Putin y se emiten en directo las grabaciones de tales conversaciones. Los dos bromistas admiten que la mayor parte de estas inocentadas se las hicieron a políticos ucranianos, enfrentados visceralmente con Moscú tras la anexión de Crimea y la ayuda a los separatistas del este de Ucrania.
Elton John
Sin embargo, la gamberrada que más renombre les hizo adquirir fue la protagonizada a costa del inefable Elton John el año pasado. Vován llamó al cantante británico presentándose como Putin y Lexus, que habla inglés perfectamente, intervino como traductor. El falso presidente ruso le dijo a Elton John que estaba dispuesto a recibirle para hablar de «cualquier asunto».
Acto seguido, la estrella del pop escribió en su cuenta de Instagram que se sentía orgulloso de haber recibido la llamada del presidente ruso y que le dijo que desea mantener con él un encuentro para hablar de la insufrible situación de los homosexuales en Rusia. El Kremlin desveló la chanza perpetrada por Kuznetsov y Stoliarov, pero, días después, Putin se dignó llamarle personalmente para compensar la afrenta. «Las bromas son divertidas, pero la homofobia nunca es graciosa», dijo entonces el artista británico.
Lexus y Vován comenzaron su andadura tomando el pelo a los famosos hace unos tres años. Uno de los primeros en caer fue el ex presidente georgiano, Mijaíl Saakashvili. Pusieron también en un aprieto a la diva del ballet, Anastasía Volochkova, llamándola en nombre de un dirigente regional de Siberia, que demandaba su presencia para amenizar una fiesta y la sugería que tendría que hacer algo más que bailar, en concreto, meterse en la sauna con el alcalde. El líder ultranacionalista ruso, Vladímir Yirinovski, también picó y creyó que hablaba con el ministro de Interior ucraniano, Arsén Avákov, a quien advirtió que Rusia puede acabar con Ucrania de un solo bombazo nuclear.
El magnate y antiguo gobernador de la región ucraniana de Dniepropetrovsk, Ígor Kolomoiski, creyó estar hablando por Skype con Pável Gubárev, un jefe de los separatistas de Donetsk, en realidad era Stoliarov bien maquillado y ataviado con un uniforme. Hasta el ministro de Cultura ruso, Vladímir Medinski, entró al trapo de los incorregibles bromistas del Kremlin.
Fuente: ABC.es