Por Sarah Hurst, para StopFake
El pasado 8 de julio, la policía británica anunció que Dawn Sturgess, de 44 años, murió en Salisbury como resultado de envenenamiento con Novichok. Ella y su compañero Charlie Rowley fueron hospitalizados en estado crítico el 30 de junio. Rowley permanece en estado crítico. Se cree que la pareja tocó un elemento contaminado que quedó del envenenamiento de Sergei y Yulia Skripal sucedido en marzo de este año, pero aún no se encontró la evidencia y la policía dice que no pueden garantizar la seguridad de los residentes locales. Rusia mantiene sus negaciones sobre cualquier implicación, pero a la vez sugiere teorías alternativas.
El portavoz de Vladimir Putin, Dmitri Peskov, comentó cínicamente: «Ofrecemos nuestras condolencias en relación con la muerte de la ciudadana británica Dawn Sturgess, que murió el 8 de julio después de haber sido envenenada por un agente nervioso paralizante en la ciudad británica de Amesbury, y como antes estamos profundamente preocupados por la continua aparición de sustancias venenosas en el territorio de Gran Bretaña. Esto plantea un peligro no solo para los británicos, sino también para todos los demás europeos. El Kremlin no sabe que ‘Rusia está involucrada de alguna manera’ con el incidente de Amesbury; tales acusaciones serían absurdas».
¿Rusia es en realidad una víctima?
El representante permanente de Rusia ante la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ), Alexander Shulgin, concedió una entrevista al periódico ruso Izvestiya en la que sugirió que el envenenamiento de Sturgess y Rowley coincidiría con las semifinales de la Copa Mundial y la próxima cumbre de Putin y Trump. «Recientemente este tipo de historias han estado sucediendo en vísperas de eventos importantes», dijo. «Ahora nos acercamos a la etapa final del Mundial y a la cumbre Rusia – EE. UU. que se celebrará en Helsinki. Es difícil deshacerse de la idea de que todo esto fue planeado y puesto deliberadamente para exacerbar la situación internacional y dañar la autoridad de Rusia y sus relaciones con otros países».
Sin embargo, el gabinete de Theresa May está sumido en la crisis por otra razón: la cuestión sobre lo que Gran Bretaña quiere del Brexit que se discutió en una reunión de fin de semana en Chequers, que resultó en una renuncia del ministro para Brexit, David Davis, seguida con otra renuncia del Secretario de Relaciones Exteriores, Boris Johnson. May podría enfrentar un concurso de liderazgo o incluso una elección general, con la posibilidad de que el Partido Laborista de Jeremy Corbyn derrote a sus conservadores divididos.
El principal programa de noticias de Rusia, Vesti, tituló su informe sobre la muerte de Sturgess «Provocación en Amesbury» y citó los comentarios de Shulgin. El periodista dijo que «muchos expertos» dudan de que Sturgess y Rowley puedan haber sido envenenados por Novichok cuatro meses después de los Skripal, y concluyeron que la policía británica no parece estar considerando la teoría de que el laboratorio de defensa Porton Down podría ser la fuente del veneno (probablemente porque suena ridículo).
La “marca” del Novichok
Tratar todo el incidente como una broma es otra táctica del Kremlin, y las empresas rusas se han enfrentado al desafío al nombrar distintos productos Novichok. En abril, un granjero de la región de Ulyanovsk lanzó un aceite de girasol llamado Novichok. Ahora también hay cerveza Novichok en Minsk y una serie de camisetas con Novichok.
Como informó la radio bielorrusa Euroradio, una microcervecería rusa llamada Alaska fabrica la cerveza y ahora está disponible en las estanterías de Minsk. El anuncio dice: «El sabor hipnótico atrae tus receptores y tu conciencia hacia un nirvana nervioso paralizante… Estrictamente secreto. Trump no podrá comprobar nada».
Los medios rusos además sugirieron que Sturgess y Rowley pueden ser drogadictos en rehabilitación, lo que implica que podrían haberse envenenado con drogas, y que de todas maneras sus vidas no valían demasiado. Como escribió el autor de Sputnik, Jon Gaunt, el 6 de julio, antes de la muerte de Sturgess, en un artículo titulado «El Reino Unido necesita a los EE. UU. y a Rusia, pero no a la UE» dijo que «la temporada de pantomima ha llegado claramente demasiado temprano a la adormilada ciudad de Salisbury. ¿Podéis creer el último giro en la saga de Skripal? Ahora dos drogadictos han enfermado después de tocar una jeringa o vial contaminados con el mortal (o no tan mortal como resulta) Novichok”.
De hecho, nadie sabe qué tipo de elemento contaminado tocaron Sturgess y Rowley.
Ataques contra los críticos
La respuesta de RT a la muerte de Sturgess fue atacar a los principales comentaristas que creen que Putin estuvo detrás del envenenamiento con Novichok. En un artículo titulado «Periodistas del establishment demandan la sangre de Putin después de una muerte química en Amesbury, según un parlamentario británico», RT criticó al diputado laborista Mike Gapes, quien frecuentemente ha hablado sobre la agresión rusa, a diferencia de Jeremy Corbyn.
Gapes tuiteó: «Noticia triste es que la víctima de Novichok Dawn Sturgess ha muerto. Este fue un asesinato de una ciudadana británica como resultado del uso de un agente nervioso químico producido por el Estado ruso».
RT comentó que Gapes «recientemente recibió una atención al llamar a los parlamentarios británicos a no proporcionar ningún comentario a RT». Luego agregó: «A Gapes se unieron los observadores del Kremlin de los medios de comunicación del establishment del Reino Unido – el corresponsal en Rusia de The Telegraph, Alec Luhn, y Luke Harding de The Guardian».
Luhn tuiteó, simplemente señalando los hechos: «Vladimir Putin previamente argumentó que el Estado ruso no podría haber usado un agente nervioso militar en el Reino Unido porque las víctimas habrían terminado muertas. Ahora uno de ellos sí que murió”.
Harding tuiteó: «Dawn Sturgess muere después de la exposición a #novichok. Las circunstancias no son claras. Una total indiferencia ante el daño colateral es una de las características del régimen de #Putin y sus operaciones extraterritoriales».
Gapes continuó eludiendo a los trolls rusos, y preguntó a uno llamado Paddy (@TattyStrat): «Un bot con 3 seguidores. ¿Cómo es el clima en Rusia?». Respondiendo al comentario de Paddy: «No hay motivo, ninguna evidencia, no hay forma de que Rusia participara. Obviamente, Dawn Sturgess, una adicta a la heroína, era un material desechable para que esta farsa patética consiguiera más británicos a favor del gobierno local. No funcionó. Entonces, ¿quién es el siguiente?».
El boicot del Mundial se derrumba
En vísperas del anuncio sobre la muerte de Stugress, RT lanzó una encuesta, preguntando si la realeza británica y los oficiales deberían «mirar la historia de la Copa Mundial» y ver la semifinal entre Inglaterra y Croacia en lugar de boicotear el evento debido al ataque a los Skripal.
Gran Bretaña es uno de los pocos países que mantienen el prometido boicot diplomático, ya que la presidenta croata ya está en Rusia para los partidos y el presidente francés visitó el partido de la semifinal entre Francia y Bélgica. De los 5 031 votos en el momento de escribir esta nota, el 45% están a favor de que la realeza mire el fútbol, porque «la participación de Rusia en el caso Skripal no está comprobada», y solo el 12% de los lectores de RT dicen que la realeza no debería ir.
Las autoridades rusas insisten en que quieren ayudar con la investigación de los envenenamientos, pero Gran Bretaña no les permite hacerlo. Si realmente quieren ayudar, pueden decirle a la policía cuál es la sustancia venenosa y dónde fue arrojada. Como no tienen intención de admitir su participación en el caso, el esfuerzo policial masivo tendrá que continuar con la esperanza de que en algún momento los residentes de Salisbury puedan volver a sentirse seguros. Por ahora, el ataque terrorista no ha terminado.
Por Sarah Hurst (@XSovietNews), para StopFake