Escrito por Anna Rozhkova para StopFake
Parte 1
En enero de 2018 la Comisión de la UE creó un grupo de expertos de alto nivel para realizar consultas acerca de la lucha contra las noticias falsas y la desinformación en Internet. El grupo incluyó a 39 expertos, entre los cuales hay representantes de organizaciones no gubernamentales, empresas de medios de comunicación y grandes empresas de Internet como Facebook, Google y Twitter.
La tarea del grupo de expertos es asesorar a la Comisión Europea sobre todas las cuestiones que surgen en el contexto de la difusión de información falsa, tanto a través de los medios de comunicación masiva tradicionales, como a través de las redes sociales, y sugerir posibles formas de superar las consecuencias sociales y políticas.
En marzo de 2018 el grupo de expertos publicó un informe con el análisis de los mejores métodos mundiales para contrarrestar la información engañosa y ofreció los pasos para solucionar el problema existente.
La definición del problema y el área de la aplicación del informe
El análisis presentado en el informe cubre el concepto de la desinformación como un fenómeno que va más allá de las «noticias falsas». La desinformación, tal como se define en el informe, incluye todas las formas de información falsa, inexacta o engañosa, desarrollada y alentada para causar deliberadamente daño público o para obtener ganancias indebidas.
Los expertos no abarcaron las cuestiones de la creación y de la difusión del contenido ilegal en Internet —como la incitación al odio o a la violencia— que deben ser sujetadas a la regulación legal dentro de la UE o de leyes nacionales. Además, no cubrían el tema de otras formas del engaño intencional, como la parodia o la sátira.
Es interesante mencionar que el informe no usa el término “noticia falsa”, porque según la opinión de los expertos, este término no es lo suficientemente adecuado para explicar todo el problema con la desinformación. Por lo tanto, se trata no solamente de las noticias falsas, sino también de la información fabricada, mezclada con los hechos reales y de las actividades que van más allá de ser definidas como noticias. Por ejemplo, como la creación de las cuentas falsas en las redes sociales utilizadas para astroturfing (la tecnología de creación artificial de la opinión pública mediante la colocación de numerosas publicaciones personalizadas, diseñadas como opiniones completamente independientes de las personas); el montaje de video manipulativo, troleo organizado, los memes visuales y otras cosas. La difusión de la desinformación en el espacio digital incluye publicaciones, comentarios —compartirlos— tuits y retuits.
¿Qué fue hecho hasta el momento para combatir los fakes en Internet?
Los expertos señalan que la desinformación es un problema multifacético y dinámico que no tiene una sola causa raíz, por lo tanto, no puede tener una sola solución.
Ya existen tres categorías de las prácticas positivas para combatir la información mentirosa:
- Transparencia
- Construcción de la confianza
- Media e informativa educación
Transparencia, la práctica de aumentar la responsabilidad
Los ejemplos positivos incluyen iniciativas para influir en los motores de búsqueda y redes sociales para cambiar los algoritmos de segregación de la información para dar prioridad al contenido confiable, iniciativas para identificar y documentar fuentes de desinformación, y para financiar organizaciones independientes de fact-checking y aquellas que se dedican a la educación mediática.
Las plataformas digitales se esfuerzan para reaccionar a la difusión de la desinformación. Trabajan en cuatro direcciones:
- la identificación y el bloqueo de las cuentas que difunden contenido falso
- la aplicación del algoritmo de clasificación y la inclusión de recomendaciones de contenido alternativo para mejorar el «hallazgo» de contenido confiable
- desvitalizar la distribución comercial de información falsa
- la cooperación con plataformas independientes y organizaciones de fact-checking.
Por su parte, los gigantes de Internet también toman varias iniciativas para combatir la desinformación.
Por ejemplo, Twitter renueva sus normas sobre los anuncios políticos. La red social endurece las reglas para elegir anunciantes políticos, exige etiquetar los tuits pagados como publicidad e introduce sanciones más estrictas para los anunciantes que violan dichas normas.
Google creó las marcas para el contenido verificado. La función está disponible para la sección de las Noticias Google y por ahora funciona en inglés para el reino Unido y para los EE.UU. En las ventanillas refleja información sobre reclamos hechos con respecto a una página web o un artículo en particular, y quién presentó la queja, así como también los resultados de la verificación de información sobre dicha reclamación. La verificación de datos no está realizada por Google mismo, sino por organizaciones profesionales de fact-checking.
Facebook reconoció que marcar las publicaciones como “dudosos” no es muy eficaz al final para determinar las noticias falsas. En cambio, la compañía usará «artículos relacionados» para proporcionar a los usuarios más información alternativa para cada tema.
Basándose en los resultados de la verificación de hechos, las plataformas en línea empezaron a contrarrestar la desinformación, destruyendo el modelo de negocio de su producción y distribución.
Por ejemplo la estrategia “follow-the-money” (siga al dinero) incluye tres componentes:
- Las redes publicitarias no ponen los anuncios de los sitios web identificados como proveedores de información falsa. Esto reduce directamente el ingreso de dichos sitios.
- Las empresas de publicidad no aceptan anuncios de sitios web que distribuyen falsificaciones, y marcan claramente los anuncios políticos como «publicidad» para garantizar la transparencia.
- Las redes publicitarias no comparten los ingresos con sitios web y socios hasta que puedan confirmar que están trabajando de acuerdo con los principios adecuados.
Construcción de confianza y el cambio de los algoritmos
Las plataformas de Internet experimentaron con varias ideas, incluso la cooperación con los noticieros digitales y las organizaciones de verificación de información independientes, y desarrollaron medidas para fortalecer la confianza.
Por ejemplo, Facebook anunció recientemente que elabora nuevas clasificaciones de confianza, basándose de la encuesta de los usuarios.
Además Google, Twitter, Facebook y Bing colaboran con The Trust Project, es un proyecto internacional que junta los medios de comunicación masiva mundiales: tienen la meta de mejorar su transparencia, lo que por su parte permitirá estimar la calidad y verosimilitud de la información. Los socios del proyecto son diarios del reconocimiento mundial como The Economist y The Washington Post.
“Los índices de confianza” fueron desarrollados tras hacer entrevistas con personas reales, que contaron lo que valoran en noticias, cuando confían y bajo qué condiciones.
Así, entre los índices de confianza de la audiencia están: la información abierta y disponible sobre el autor de la nota, fuentes, balanza de las opiniones.
Recientemente, Google ha tomado medidas para mejorar sus algoritmos a fin de proporcionar información más precisa a sus usuarios. Google trabaja con personas que evalúan la calidad de la información. Dichos expertos evalúan si el sitio web que publica la información lo hace correctamente. Dichas evaluaciones ayudan al sistema que gestiona el algoritmo de búsqueda de información a través de Google.
La educación mediática e informativa
Eso abarca la mejora de la educación y formación mediática para la audiencia y sociedad para que consuman la información filtrándola por el pensamiento crítico.
La meta principal es disminuir el atractivo de la información engañosa. Tales acciones están destinadas a fomentar el pensamiento crítico acerca de la propaganda y de los materiales publicitarios. Aunque las plataformas digitales no son los principales iniciadores de los programas de educación mediática, comenzaron a desempeñar un papel significante en esta área.
Continuará…