En 2021, Europa se enfrentó a una crisis migratoria en la frontera entre Polonia y Bielorrusia como resultado de las acciones deliberadas del régimen de Alyaksandr Lukashenka. La llamada «Operación Esclusa» consistió en traer migrantes de Oriente Próximo y África para aumentar las tensiones en las fronteras de Polonia, Lituania y Letonia. Sin embargo, en retrospectiva, merece la pena considerar si estas acciones pueden haber formado parte de una estrategia más amplia relacionada con la preparación de un ataque ruso a gran escala contra Ucrania en 2022. El estado de acceso a la información de los regímenes de Putin y Lukashenko es, por supuesto, limitado y las inferencias pueden basarse casi siempre en analogías, en la experiencia y en la comprensión de quiénes pueden ser los beneficiarios de determinadas situaciones.
La Operación Esclusa como elemento de la guerra híbrida
Rusia lleva años utilizando tácticas de guerra híbrida, combinando acciones militares tradicionales con operaciones de desinformación, ciberataques y presión política. La Operación Esclusa encaja perfectamente en este patrón. Apoyada por el Kremlin, provocó deliberadamente una crisis migratoria para distraer a la Unión Europea de la situación en el este de Ucrania y socavar potencialmente el apoyo occidental a Kiev.
El objetivo de estas acciones era:
– Obligar a países de la UE como Polonia, Lituania y Letonia a destinar importantes recursos a la protección de las fronteras.
– Reforzar las divisiones políticas dentro de la Unión Europea creando tensiones en torno a las cuestiones migratorias.
– Poner a prueba la capacidad de Occidente para responder rápida y coordinadamente a crisis híbridas.
Preparativos para un ataque contra Ucrania
Rusia llevaba desde 2014 realizando intensos preparativos para un conflicto a gran escala con Ucrania. Las maniobras militares, la concentración de tropas cerca de la frontera y la escalada gradual de la retórica en los medios estatales indicaban que el Kremlin planeaba una ofensiva. En este contexto, la crisis migratoria en las fronteras de la UE puede haber tenido como objetivo:
– Confundir a los adversarios creando nuevos focos de tensión en la región.
– Limitar la atención y los recursos de los países que apoyan a Ucrania.
– Construir una narrativa de inestabilidad en el flanco oriental de la OTAN.
Un aspecto adicional era el deseo de poner a prueba la respuesta de los países de la OTAN ante diversas amenazas híbridas. Rusia pudo así evaluar el nivel de preparación y cooperación entre los aliados, lo que resultó crucial para planificar nuevas acciones.
La respuesta de Polonia, Lituania, Letonia y Ucrania
Los países de la región reaccionaron con rapidez y decisión ante la crisis migratoria, lo que puede haber limitado la eficacia de los planes rusos:
1. Polonia:
– La construcción de una barrera fronteriza y el refuerzo de los controles fronterizos ayudaron a frenar el flujo de inmigrantes.
– Una eficaz campaña diplomática dio a conocer el tema a nivel internacional, lo que llevó a la introducción de sanciones contra el régimen de Lukashenko.
– Polonia también ha establecido una estrecha cooperación con los socios de la OTAN, lo que ha permitido un mejor seguimiento de la situación en el flanco oriental de la alianza.
2. Lituania y Letonia:
– Con el apoyo de la Unión Europea, estos países han introducido nuevas normas legales que permiten una deportación más rápida de los inmigrantes irregulares.
– Han reforzado la cooperación con Frontex, que ha mejorado la vigilancia de las fronteras.
– Lituania aumentó además sus capacidades de defensa en la frontera con Bielorrusia para minimizar el riesgo de provocaciones.
3 Ucrania:
– Ucrania desempeñó un papel clave en la supervisión de la situación en la frontera oriental, al tiempo que reforzaba sus propias capacidades de defensa.
– La cooperación en materia de inteligencia con los países occidentales permitió detectar más rápidamente las amenazas.
– Kiev reforzó sus fuerzas armadas en las regiones fronterizas, lo que podría haber disuadido posibles intentos de desestabilización.
Objetivos del Kremlin no alcanzados
A pesar de una intensa campaña de propaganda y del desencadenamiento de la crisis migratoria, Rusia no ha logrado sus objetivos declarados. Las razones son las siguientes:
– La fuerte reacción de los países de la región: Polonia, Lituania y Letonia aplicaron rápidamente contramedidas eficaces, restringiendo el flujo de inmigrantes.
– Publicidad del problema en el ámbito internacional: La acción diplomática puso de relieve la responsabilidad de Bielorrusia en la crisis.
– Apoyo a Ucrania: Occidente no desvió la atención de la situación en el este de Ucrania y, de hecho, intensificó la ayuda militar y económica.
– No ruptura de la unidad de la OTAN: los países de la Alianza consiguieron mantener la cohesión frente a la crisis migratoria y la amenaza rusa.
Conclusiones
En cuanto a la llamada crisis migratoria, hay que partir de la base de que Bielorrusia estaba llevando a cabo tareas de mandato más amplio acordadas con el Kremlin. La llamada Operación Esclusa y la crisis migratoria pueden haber formado parte de una estrategia preparatoria rusa para un ataque a gran escala contra Ucrania. Sin embargo, la actuación decisiva de países de la región, como Polonia, Lituania, Letonia y Ucrania, limitó eficazmente el impacto de estas acciones. Esto demuestra que la cooperación internacional y la respuesta rápida a las crisis híbridas son cruciales para contrarrestar la agresión rusa. Las acciones emprendidas por los países de la región no sólo minimizaron los efectos de la crisis migratoria, sino que reforzaron su posición en las estructuras internacionales, demostrando su capacidad para defenderse eficazmente de las amenazas. No obstante, cabe señalar que Rusia puede volver a intentar aprovecharse de las cuestiones migratorias también en el futuro.