Una tragedia ocurrió en el Colegio Politécnico de Kerch el 17 de octubre. Según los oficiales rusos, un estudiante de 18 años, Vladislav Roslyakov, activó un explosivo en un edificio de la institución, abrió fuego con un rifle de caza contra los estudiantes y luego se suicidó en la biblioteca. Según las autoridades ocupantes rusas, en la masacre de Kerch fallecieron 21 personas y unas 50 resultaron heridas.
La noticia sobre la masacre en el colegio fue instantáneamente difundida por los principales medios de comunicación de Rusia y de Ucrania —canales de televisión y estaciones de radio cambiaron sus programas habituales para salir al aire con la primicia—. Antes de los comentarios de los oficios rusos, los propagandistas comenzaron a buscar una huella ucraniana en la tragedia.
La información sobre la explosión en Kerch apareció durante el programa televisivo 60 minutos del canal Rossia 1 y, de repente, los presentadores empezaron a culpar del acto terrorista a los saboteadores ucranianos. Los propagandistas lanzaron frases como “recordamos quién envió grupos de sabotaje y terroristas a Crimea” y “en Ucrania insistieron en enviar partisanos ucranianos a Kerch”. Esta parte del programa también fue subida a Facebook por el periodista ucraniano, Denys Kazansky.
https://www.facebook.com/den.kazansky/videos/1973763496036486/
Uno de los primeros «funcionarios» en acusar a Kyiv por lo ocurrido fue el presidente del Consejo de Estado de Crimea, controlado por el Kremlin, Vladimir Konstantinov. Por el momento, StopFake no pudo encontrar la transmisión original de la entrevista con Konstantinov del canal Rossia 24, sin embargo el audio de su discurso está disponible aquí..
“Estamos esperando alguna información oficial, pero entendemos que todo el mal en las tierras de Crimea proviene de las autoridades oficiales de Ucrania. No esconden el odio hacia nosotros. Nos causaron mucho daño. No quiero anticipar eventos; las autoridades competentes lo investigarán. Pero el viento sopla desde allí. Estoy personalmente convencido de esto», —dijo Konstantinov.
Siguiendo los pasos de Konstantinov, el diputado del parlamento federativo de Rusia Ievgeny Fiodorov habló sobre la presunta huella ucraniana en el incidente. Se apresuró a declarar que los “saboteadores ucranianos” no podían explotar el puente a través del Estrecho de Kerch, por lo tanto “encontraron un punto débil” y atentaron en la institución educativa de Kerch. “Nos declararon la guerra”, resumió Fiodorov.
El teniente general del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia, Leonid Reshetnikov, dijo que la «política nazi ucraniana» continúa «aterrorizando» no solo las regiones ocupadas de Donetsk y de Lugansk, sino también la península de Crimea.
Luego, los propagandistas rusos descubrieron en la tragedia un rastro de los tártaros de Crimea, que desde el comienzo de la anexión de la península han sido sometidos a represiones masivas por parte de los oficiales de seguridad rusos.
Debido a la falta de información sobre el tirador, los medios rusos intentaron extraer al menos algo de «fuentes anónimas de las agencias policiales de Rusia». El noticiero Lenta.ru, en referencia a una fuente anónima, escribió sobre un «tártaro de 23 años que remataba a los heridos y que recibió un disparo de los guardias del colegio”.
El abogado ruso Nikolai Polozov y el defensor de los derechos humanos de Crimea Emil Kurbedinov —quienes se ocupan de los asuntos de los presos políticos ucranianos y tártaros de Crimea— calificaron el texto como un ejemplo clásico de incitación al odio nacional por los propagandistas rusos.
En el momento, Lenta.ru cambió el texto de la noticia, pero StopFake guardó la captura de pantalla donde todavía menciona al “tártaro”.
Los propagandistas rusos agregaron a los islamistas a la historia de los saboteadores ucranianos. En vísperas de la masacre en Kerch, el títere del Kremlin, el actual «jefe» de Crimea, Sergey Aksenov, llegó en una visita a Siria, donde sostuvo conversaciones con el presidente Bashar Assad. Alexander Talipov, activista prorruso de Crimea, dijo: «El Estado Islámico es una organización prohibida y la visita oficial de la delegación de Crimea a Siria rubricó la conclusión de acuerdos de cooperación entre ellos. Comparen los hechos».
Incluso después de que el servicio de seguridad ruso estableció la identidad de Vladislav Roslyakov, un local de 18 años de edad sospechoso de llevar a cabo la masacre, los medios rusos siguieron acusando a todos. Nuevamente, refiriéndose a unas «fuentes personales», el periódico Kommersant informó el 18 de octubre que se está revisando a Roslyakov para verificar si tenía vínculos con los Testigos de Jehová, una organización religiosa prohibida en Rusia.
Luego buscaron los vínculos del adolescente (quien, después de todo, también fue hallado muerto en el mismo colegio) con el Sector Derecho de Ucrania, organización de derecha también prohibida en Rusia.
La versión más inesperada de la masacre en Kerch fue expresada por el presidente de Rusia, Vladimir Putin. Él cree que la globalización de las redes sociales y las masacres similares en los Estados Unidos tienen la culpa de la tragedia.
«Aquí en las redes sociales, en Internet, vemos que se crean comunidades enteras allí, todo comenzó con los eventos trágicos conocidos en las escuelas de los Estados Unidos», concluyó Putin.