Cuarenta y ocho años después de la invasión a Checoslovaquia de las tropas del Pacto de Varsovia, el hecho sigue siendo justificado por la maquinaria propagandística de Moscú, afirma un estudio del think-tank Valores Europeos (Evropské Hodnoty), informa la Radio de Praha.
El 21 de agosto de 1968 las tropas soviéticas y las de sus aliados del Pacto de Varsovia invadieron Checoslovaquia, depusieron al Gobierno y tomaron el control del país. Fue el fin de la Primavera de Praga, un proceso de liberalización que se dio desde el Partido Comunista y que había conseguido medidas como autorizar la libertad de expresión.
El movimiento de la Unión Soviética para garantizar la ortodoxia comunista en sus satélites fue entonces justificado ante su población mediante una campaña de propaganda previa, explica el ex ministro de Defensa, Luboš Dobrovský, que entonces era corresponsal en Moscú:
“La gente recibía por televisión, y también por los noticieros de los cines, información fraudulenta. Decían que en Checoslovaquia se hallaban armas escondidas que sin duda habían hecho llegar los americanos, y que habrían de servir para un golpe de Estado armado. De acuerdo con esto Checoslovaquia debería salirse del sistema de satélites soviéticos y del Pacto de Varsovia. Todo esto influía en la opinión pública”.
Cuarenta y ocho años después Rusia sigue tratando de justificar esta operación militar. El think-tank Valores Europeos, que entre otros temas se dedica a analizar y rastrear la propaganda rusa contemporánea, llama la atención sobre un documental publicado en Rusia en 2015 en el que se explica la invasión de la misma manera que se hizo en aquel entonces.
En el documental, soldados que participaron en la operación afirman haber sido atacados con armas automáticas, opinan que se preparaba una revuelta armada y comparan la actuación militar con la liberación del país en 1945.
De acuerdo con Valores Europeos, la producción está destinada al consumo interno ruso y su propósito es legitimar las actividades rusas actuales de presunta liberación en Ucrania oriental. Sin embargo advierte que en Chequia la visión negativa de la invasión soviética, hasta ahora casi unánime fuera de los círculos comunistas, está empezando a ser puesta en duda.
El think-tank ha publicado un estudio sobre el alcance de la propaganda rusa en la República Checa en el que afirma que la visión rusa de los acontecimiento del 68 está penetrando en la opinión pública principalmente a través de Internet, aprovechando la baja educación mediática de parte de la población. Para ello se sirve de portales y páginas web afines, de financiación poco transparente, que difunden la desinformación entre sus lectores. Estos luego la expanden o comparten a través de las redes sociales.
El estudio es preocupante en cuanto que señala una mayor influencia rusa en la República Checa que en otros países del entorno. Además de medios de comunicación, se encargan de reforzar el punto de vista ruso políticos señalados, entre los que destaca, según sus autores, el presidente Miloš Zeman. La estrategia de la propaganda rusa en la República Checa, además de justificar la política exterior e interior del Kremlin, sería a medio plazo debilitar la confianza de los checos en las instituciones democráticas y en las instituciones aliadas a las que pertenece el país, es decir, la Unión Europea y la OTAN.
Fuente: Radio Praha