Fuente: El Centro de Comunicaciones Estratégicas y Seguridad de la Información
El 19 de noviembre, el dictador ruso Vladimir Putin aprobó por decreto una doctrina nuclear actualizada. El documento amplía supuestamente las capacidades del Kremlin para utilizar este tipo de armas de destrucción masiva. La propaganda del Kremlin y numerosos comentaristas políticos, incluidos los simpatizantes de Rusia en el extranjero, califican esta decisión de “respuesta” al permiso de Estados Unidos para atacar territorio ruso con misiles balísticos de corto alcance ATACMS. O incluso una “respuesta” al ataque contra el arsenal ruso en la región fronteriza de Briansk.
El Centro de Comunicaciones Estratégicas y Seguridad de la Información explica por qué el decreto de Putin publicado el 19 de noviembre forma parte de una estrategia de chantaje nuclear y cómo los rusos lo utilizan para contrarrestar las operaciones de las Fuerzas Armadas ucranianas y los esfuerzos diplomáticos de Ucrania.
El cambio de doctrina: parte del chantaje nuclear del Kremlin
La modificación o, como se denomina oficialmente en el Kremlin, “aclaración” del documento titulado Fundamentos de la política estatal de la Federación Rusa en el ámbito de la disuasión nuclear no puede considerarse una respuesta a ninguna acción de las Fuerzas de Defensa ucranianas o decisión de Estados extranjeros realizada o anunciada en noviembre.
Después de todo, el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, y el dictador Putin anunciaron personalmente la “clarificación” de la doctrina en agosto, julio y junio. A lo largo del verano y el otoño, los funcionarios rusos y otras «cabezas parlantes» comentaron activamente los cambios para crear acontecimientos noticiables adicionales y mantener el tema en los medios de comunicación.
Entre el 1 de junio y el 19 de noviembre, más de 90.000 mil mensajes aparecieron en el segmento de lengua rusa de los medios sociales y sitios web, y más de 31.500 en el segmento de lengua inglesa, mencionando el cambio en la doctrina nuclear de Rusia.
Los picos están relacionados con declaraciones de funcionarios, una reunión del Consejo de Seguridad ruso el 25 de septiembre y la firma de un decreto por Putin el 19 de noviembre.
Las declaraciones de funcionarios rusos, los comentarios de tertulianos e incluso las decisiones jurídicamente vinculantes forman parte de una estrategia de intimidación destinada a presionar a la comunidad internacional e impedir que el Kremlin asuma la responsabilidad de sus crímenes.
Cómo cambio la doctrina nuclear rusa
En una reunión del Consejo de Seguridad ruso celebrada el 25 de septiembre, el dictador del Kremlin anunció propuestas para modificar su propio decreto de 2020 Sobre las bases de la política estatal rusa en el ámbito de la disuasión nuclear.
En especial, se trata de los siguientes propósitos:
- considerar la agresión contra Rusia por parte de un Estado no nuclear con el apoyo o la participación de un Estado nuclear como su “ataque conjunto”;
- considerar la posibilidad de utilizar armas nucleares al recibir «información fiable sobre el lanzamiento masivo de medios de ataque aéreo y espacial y su cruce de la frontera estatal», así como en caso de agresión contra la República de Bielorrusia y “creación de una amenaza crítica” para la soberanía.
Si comparamos las novedades con la versión anterior del Marco de Disuasión Nuclear aprobado en 2020, resulta que los cambios propuestos se limitan a lo siguiente:
- introducción del concepto de “ataque conjunto” por parte de un Estado no nuclear y nuclear;
- una lista de capacidades de ataque aéreo y espacial, a la que Putin incluyó aviones estratégicos y tácticos, misiles hipersónicos y de crucero, así como drones y “otras aeronaves” (en la versión anterior del documento sólo se mencionaban los misiles balísticos).
Las demás posiciones, incluyendo “ataque a Belarús” (la versión anterior se refiere a todos los aliados de la Federación Rusa), “amenaza crítica a la soberanía” (el documento de 2020 menciona “amenaza a la existencia del Estado”), no son nuevas.
Las declaraciones de Putin y su formulación exacta tienen por objeto crear el trasfondo informativo que necesita el Kremlin. Los rusos lo que necesitan es:
- sean esas las palabras las que ocupen los titulares de los medios de comunicación de todo el mundo;
- que comience el debate público de los proyectos de ley en la comunidad de expertos;
- que los pseudoexpertos, tertulianos y otros agentes de la influencia rusa para promuevan mensajes favorables al régimen de Putin y ejerzan una influencia adicional en el campo de la información.
Los esfuerzos del Kremlin están dirigidos a intimidar a los ciudadanos de países extranjeros y a sus políticos, animándoles a reducir su apoyo a Ucrania e induciéndoles a tomar las medidas oportunas o a no actuar. No es casualidad que las declaraciones sobre cambios en la doctrina nuclear se hayan intensificado en medio de los debates sobre la concesión a Ucrania de permiso para utilizar armas de misiles occidentales para alcanzar objetivos en el territorio internacionalmente reconocido de la Federación Rusa. Además, el chantaje nuclear se intensificó con el telón de fondo de la operación de las Fuerzas de Defensa de Ucrania en la región de Kursk, que comenzó en agosto.
Cómo utiliza el Kremlin el chantaje nuclear en la guerra contra Ucrania
El chantaje nuclear es un componente de la agresiva guerra de Rusia contra Ucrania. El Kremlin no sólo amenaza regularmente a la comunidad internacional con el uso de su arsenal nuclear casi abiertamente. El Estado agresor intenta presentar a Ucrania como una fuente de peligro. Para ello, los propagandistas rusos
- Están “buscando” pruebas de la existencia de un programa nuclear ucraniano o de intenciones de iniciarlo;
- intimidar al mundo con terroristas ucranianos dispuestos a detonar una supuesta “bomba sucia” con tal de provocar;
- acusan a las Fuerzas de Defensa de bombardear deliberadamente la central nuclear ocupada de Zaporiyia o de preparar otras “provocaciones”.
Además de las medidas informativas, el Kremlin también recurre a acciones cinéticas; traslado demostrativo de armas nucleares a Belarús, ejercicios con el uso de armas nucleares tácticas y pruebas de vectores estratégicos. Se suponía que el impacto informativo de la anunciada “clarificación” de la doctrina nuclear se vería reforzado por el efecto de la exitosa prueba de un misil balístico intercontinental. Sin embargo, parece que el cálculo no estaba justificado. El 21 de septiembre, los analistas OSINT especializados en el estudio del potencial nuclear de Rusia publicaron una imagen de satélite de un cráter en el lugar de pruebas de Plesetsk. Podría haber sido causado por la explosión de un misil RS-28 Sarmat en el pozo de lanzamiento.
A diferencia del accidente ocurrido en 2019 durante las pruebas del misil de crucero Burevestnik en Nyonoksa ( región de Arjangelsk), que causó la muerte de al menos cinco personas y elevó el nivel de radiación en la vecina Severodvinsk, el incidente de Plesetsk no recibió una amplia cobertura mediática. El Kremlin optó por la probada táctica del silencio, y los medios de comunicación occidentales limitaron su cobertura a historias basadas en la OSINT.
Las acusaciones, primero a los “nacionalistas radicales incontrolados” y después a las autoridades ucranianas, de desarrollar armas nucleares formaban parte del apoyo informativo a los preparativos de una agresión a gran escala. Ya en diciembre de 2021, los rusos pusieron en el espacio informativo un vídeo falso sobre la producción de una “bomba sucia” por “radicales ucranianos”.
Y en un discurso grabado en vídeo el 21 de febrero de 2022, Putin no sólo habló de la “artificialidad” de Ucrania y de la «soberanía e independencia» de las pseudorepúblicas de la ORDLO (distritos separados de las regiones de Donetsk y Lugansk), sino también de la posibilidad de que Ucrania tuviera armas de destrucción masiva.
El 18 de octubre de 2024, repitió este susto y prometió “impedir la creación de una bomba nuclear ucraniana” en una reunión con representantes de medios de comunicación extranjeros en el marco del Foro Empresarial de los BRICS en Moscú, que precedió a la cumbre de la organización en Kazán.
El momento y el lugar de la declaración se escogieron para maximizar la difusión de la idea de que Ucrania es una fuente de peligro nuclear de la que Rusia puede “proteger” al mundo.
La intensificación del chantaje nuclear ruso se registró con el telón de fondo de las operaciones de las Fuerzas de Defensa ucranianas en la región de Kursk y las elecciones presidenciales estadounidenses.
A partir del 6 de agosto, la propaganda del Kremlin lanzó una operación para desacreditar la ofensiva ucraniana en Rusia acusando a las Fuerzas Armadas de Ucrania de pretender apoderarse de la central nuclear de Kursk, en Kurchatov, o al menos atacarla con drones, artillería y misiles. Al mismo tiempo, hubo alarmismo sobre la preparación de “provocaciones” en la central nuclear de Zaporiyia, en la ocupada Energodar. El apoyo activo a la tesis de la “amenaza a las centrales nucleares” continuó hasta la primera quincena de septiembre. En agosto-octubre se publicaron más de 165.000 mensajes sobre este tema sólo en el segmento de Internet en lengua rusa.
El 5 de noviembre, día de las elecciones presidenciales estadounidenses, el jefe de las Fuerzas de Armas Químicas rusas, Igor Kirilov, volvió a repetir la tesis propagandística sobre la central nuclear de Kursk y la acusó de preparar un ataque contra la central nuclear ocupada de Zaporiyia.
El 7 de noviembre, el secretario del Consejo de Seguridad ruso y ex ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, reiteró las mismas tesis.
Al mismo tiempo, los canales de Telegram controlados por el Kremlin y otros medios difundieron simultáneamente acusaciones sobre los planes de Ucrania de atacar los arsenales nucleares de Rusia y la vieja falsedad sobre la “bomba sucia”. En el transcurso de dos semanas de noviembre, sólo en el segmento de Internet en lengua rusa se publicaron más de 8 mil mensajes con estas acusaciones.
La tarea clave de esta fase de la operación especial consistía en influir en la administración estadounidense actual y futura para bloquear el permiso de lanzamiento de misiles tácticos occidentales sobre territorio ruso.
Rusia intenta persistentemente presentar a Ucrania como un Estado terrorista. Sin embargo, son los militares rusos los que han cometido repetidamente actos de terrorismo nuclear, y los dirigentes políticos no dudan en utilizar el chantaje nuclear para presionar a la comunidad internacional. Los rusos ocuparon y convirtieron en base militar la mayor central nuclear de Europa, la central nuclear de Zaporiyia, se apoderaron de la central nuclear de Chornobyl y bombardearon la instalación nuclear Fuente de Neutrones de Járkiv. Para el Kremlin, el chantaje nuclear descarado es una herramienta con la que el agresor intenta no sólo influir en el nivel de ayuda internacional a Ucrania, sino también dictar sus exigencias a otros Estados mediante la intimidación. Las acciones del régimen ruso no sólo violan el derecho internacional, sino que también suponen una amenaza de proliferación incontrolada de armas nucleares.
Fuente: El Centro de Comunicaciones Estratégicas y Seguridad de la Información