Ucrania nunca ha rechazado la creación de una zona de seguridad alrededor de la central nuclear de Zaporiyia. El OIEA trata de negociar con Rusia sin éxito, pero la situación sigue siendo complicada, dado que los ocupantes no hacen ningún intento para debilitar la escalada alrededor de la planta nuclear de Zaporiyia.
Rusia ha lanzado una nueva desinformación de que la parte ucraniana supuestamente ha rechazado la idea de la creación de una zona de seguridad alrededor de la ocupada central nuclear de Zaporiyia (ZAES – por iniciales en ucraniano) por los agresores rusos. Los medios de comunicación pro-Kremlin apuntan a que Ucrania “no está preparada para la realización de la iniciativa del OIEA, el cual excluiría los ataques desde el territorio de la estación nuclear, así como en contra de la misma”.
Por el contrario, Ucrania apoya todo el esfuerzo de la comunidad internacional en cuanto a la desmilitarización de la invadida central nuclear ucraniana, mientras que Rusia no cesa las acciones ilegales en el territorio de la misma, incluidos los bombardeos sistemáticos de esta instalación nuclear.
Es precisamente Rusia la que con su invasión de Ucrania y las acciones militares en las instalaciones nucleares ucranianas provoca la posibilidad de una catástrofe nuclear. La invasión de las centrales nucleares ucranianas, el bombardeo de instalaciones científicas nucleares en institutos de investigación ucranianos, el lanzamiento de misiles sobre instalaciones nucleares de Ucrania: estas acciones de los ocupantes rusos violan todas las convenciones y acuerdos vigentes sobre el manejo de instalaciones nucleares.
El estado de la seguridad de la ZAES empeoró después del bombardeo y la posterior invasión de la instalación nuclear ucraniana por las fuerzas de ocupación en marzo de 2022. La situación continuó escalando y se volvió crítica en agosto de 2022, cuando el ejército ruso instaló puestos de tiro en la estación nuclear y comenzó a utilizar la planta para llevar a cabo acciones militares y bombardeos de posiciones ucranianas.
Fue entonces cuando el Secretario General de la ONU, António Guterres, en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, convocada a raíz del bombardeo ruso de la central de Zaporiyia, pidió el cese inmediato de todas las acciones militares cerca de la planta para dar acceso a la misión del OIEA a la central y crear una zona desmilitarizada alrededor de la ZAES.
Rusia rechazó de forma rotunda todas las solicitudes de la comunidad mundial en cuanto a la desocupación de la instalación nuclear ucraniana. Sin embargo, en septiembre, accedió a una breve misión del OIEA a la central nuclear de Zaporiyia, al mismo tiempo que organizaba un bombardeo demostrativo del territorio adyacente a la estación en un intento de interrumpir la visita. Según los resultados de la inspección, los expertos del OIEA han confirmado que los ocupantes han instalado personal militar, vehículos y equipos en varios puntos de la ZAES, lo que contradice categóricamente todas las normas de seguridad nuclear. Tras su visita a la estación ucraniana, el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica, Rafael Grossi, ha anunciado oficialmente el inicio de las negociaciones con Ucrania y Rusia en lo relativo a la creación de una zona de seguridad alrededor de la central nuclear.
Ucrania ha apoyado la propuesta de la ONU y del OIEA en cuanto a la desmilitarización de la instalación nuclear invadida. El presidente Volodymyr Zelenskyy ha enfatizado que es precisamente Rusia quien llevó al mundo al borde de una catástrofe nuclear y que Ucrania está dispuesta a apoyar los esfuerzos internacionales sobre la desmilitarización de la ZAES, que está repleta de armamento ruso.
Fueron 50 países miembros de la Conferencia General del OIEA quienes llamaron a detener el chantaje nuclear. El 30 de septiembre, los estados emitieron una declaración conjunta en la que pedían a Rusia que detuviera de inmediato cualquier intento de interferir en el trabajo de las instalaciones nucleares de Ucrania.
Sin embargo, Rusia continuó ignorando los esfuerzos internacionales de defensa de la seguridad nuclear e, incluso, intentó legalizar la invasión de la planta atómica de Zaporiyia. Para ello, el presidente de Rusia, Putin, ordenó transferir la planta nuclear invadida a «propiedad federal”. Ucrania tildó esta decisión de “cobarde” y, además, recordó que dicha decisión no es reconocida por ningún país democrático del mundo. La comunidad internacional continua poniéndose en contacto exclusivamente con Ucrania para las cuestiones relacionadas con la central, dado que es propiedad ucraniana.
A principios de diciembre de 2022 el OIEA anunció cierto progreso en las negociaciones para la creación de una zona de seguridad alrededor de la planta nuclear de Zaporiyia, sin embargo, esta información no ha sido confirmada. El primer ministro de Ucrania, Denys Shmygal, declaró que «no hay detalles» con respecto a la retirada de las tropas y equipos rusos de la ZAES.
A partir de ese momento las negociaciones se han estancado, mientras las fuerzas ocupantes continuan la escalada en la central nuclear de Zaporiyia. En febrero de 2023, el presidente de Energoatom, compañía nacional de energía atómica, Petro Kotin, ha anunciado que como consecuencia de la descarga incontrolada de agua en la central hidroeléctrica de la temporalmente ocupada Kajovka (se ubica en la ciudad de Nueva Kajovka, situada en el sur de Ucrania perteneciente a la región de Jersón) no solo la posibilidad de suministro de agua a cientos de miles de residentes locales, sino también el funcionamiento del sistema de refrigeración de la central ucraniana estaba en peligro. Según los datos de Kotin, el nivel del agua en el embalse de Kajovka es de 13,8 metros, siendo nivel normal 16 metros. Si el nivel del agua en el embalse cae a 12 metros, la situación de enfriamiento de la central nuclear invadida será crítica. El OIEA también señaló los riesgos que plantea la reducción del nivel del agua en el embalse de la ciudad ubicada en la región de Jersón.
La descarga de agua de la central hidroeléctrica de Kajovka, combates en el territorio de la estación y los bloques generadores de la central nuclear de Zaporiyia repletos de armamento son sólo parte de la lista de las acciones peligrosas de Rusia en la instalación nuclear ucraniana invadida. Los constantes ataques masivos con misiles contra las instalaciones energéticas de Ucrania también aumentan el riesgo de un desastre nuclear en la instalación.
Según el ministerio de Energía de Ucrania, en 2022, debido al bombardeo ruso, se produjo un apagón completo en la planta nuclear 5 veces. Los ataques rusos al sistema energético ucraniano, sin precedentes para la seguridad nuclear mundial, continuaron también en 2023. El 9 de marzo, como resultado de un ataque ruso con misiles en Ucrania, se ha desconectado la última línea eléctrica que unía la central nuclear de Zaporiyia con el sistema eléctrico ucraniano, y la propia cestación entró en modo de apagón por sexta vez.
Este ataque ha sido ampliamente cubierto por los medios internacionales y, en particular, por los españoles, entre ellos El Confidencial, 20minutos, Grupo Atresmedia, etc.
Anteriormente StopFake había publicado varios artículos que desmienten las noticias falsas en torno a la ZAES: «Fake de RT: Ucrania ataca la central nuclear de Zaporiyia«, «Falso: El jefe de la OIEA se opuso a la desmilitarización de la central nuclear de Zaporiyia«, «Falso: Ucrania está preparando una «provocación» en la central nuclear de Zaporiyia» y «Las 4 falacias «nucleares» de Nebenzia: ¿cómo mintió Rusia sobre la central nuclear de Zaporiyia en el Consejo de Seguridad de la ONU?«.