Cuando el 18 de noviembre el Kremlin decidió devolver los barcos ucranianos capturados el año pasado en el estrecho de Kerch, los expertos rusos comentaron este gesto para los medios pro-Kremlin como un acto de paz. Los representantes de las autoridades rusas explicaron tal gesto como una actitud amistosa hacia Ucrania y declararon que Rusia lo hizo por su buena voluntad, cerrando los ojos a la provocación de Ucrania. De esa manera Ukraina.ru cita al diputado de la Duma, Konstantin Bajarev.
Recordamos que, en noviembre de 2018, el ejército ruso embistió, disparó y secuestró tres buques militares que pertenecen a Ucrania en las aguas neutrales del estrecho de Kerch. En septiembre de este año, los marineros ucranianos regresaron a sus hogares como parte de un intercambio de prisioneros entre Ucrania y Rusia, pero Moscú dejó las embarcaciones «para llevar a cabo medidas de investigación».
El 18 de noviembre, la Armada ucraniana confirmó la información del FSB ruso: los barcos militares Nikopol y Berdyansk, así como el remolcador Yany-Kapu, ya habían sido entregados al lado ucraniano en alta mar. El 21 de noviembre comenzaron las primeras audiencias del tribunal de arbitraje de la ONU en caso de violación por parte de Rusia de la inmunidad de estos barcos y sus tripulaciones.
No era un gesto de buena voluntad, Ucrania tomó medidas de justicia internacional para devolver el equipo y barcos capturados. En enero, Ucrania envió la primera demanda contra Rusia ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos y, en abril, apeló ante el Tribunal Internacional de Derecho del Mar de la ONU. En un tiempo sin precedentes, la autoridad judicial emitió una decisión provisional, según la cual ordenó a Rusia liberar inmediatamente a 24 marineros ucranianos capturados, y también devolver los buques de guerra Nikopol, Berdyansk y Yany-Kapu al control ucraniano.
Tampoco el Tribunal internacional confirmó que haya habido una provocación de Ucrania. El Tribunal también estuvo de acuerdo con la posición de Ucrania de que el paso de barcos a través del estrecho de Kerch en noviembre de 2018 fue una operación de seguridad para patrullar las fronteras y que no tuvo relación con la confrontación militar entre Ucrania y Rusia. Es por eso que el Tribunal tiene jurisdicción para considerar este caso.
Además, la comunidad internacional ha introducido medidas restrictivas adicionales contra Rusia por su agresiva política marítima. En marzo de 2019, el Departamento del Tesoro de EE. UU. incluyó a seis personas y ocho empresas en la lista de sanciones en respuesta a la agresión rusa en Ucrania. Canadá y la Unión Europea hicieron lo mismo. Todas las sanciones fueron impuestas contra individuos y entidades legales involucradas en el ataque irracional del FSB ruso contra los barcos de la Armada ucraniana. Se indica que el paquete de restricciones es válido hasta el momento en que el Kremlin libere a los prisioneros de guerra y devuelva los barcos capturados a Ucrania.
Con todo esto hay que decir una cosa importante: la condición en la cual los barcos ucranianos fueron devueltos por Rusia. El comandante Igor Voronchenko informó que las fuerzas de seguridad rusas robaron a los barcos ucranianos, incluso quitaron las tazas de inodoro, junto con lámparas y enchufes. Este hecho se convirtió en un meme en las redes sociales entre los ucranianos.