El canal de TV ruso Zvezda —que pertenece al Ministerio de Defensa de Rusia—, publicó una nota provocativa con el título “El genocidio medicinal: cómo Ucrania mata a sus ciudadanos, quitándoles su derecho de recibir ayuda médica”. Manipulando los hechos, los autores critican las acciones del Ministerio de Salud Pública de Ucrania y las reformas de Uliana Suprún.
El artículo fue reproducido por Ukrainа.ru , Rambler.News , Informburo, etc.
Por ejemplo, critican la proposición del Ministerio de Salud de prohibir la importación de medicinas fabricadas en Rusia, al igual que las drogas fabricadas en los territorios ocupados, exagerando su importancia para los ucranianos.
Supuestamente citan los datos de la Organización Mundial de la Salud, afirmando que “casi la mitad de todas las drogas registradas en Ucrania, que fueron fabricadas en Rusia, no tienen análogos de la industria interior o extranjera”.
Sin embargo. Los datos del Ministerio de Salud son distintos:
“Al día de hoy 13057 medicamentos han sido registrado o re-registrados en Ucrania. Entre ellos hay 187 nombres de las medicinas fabricadas por las empresas de Rusia, que corresponde al 1,45% de la cantidad total”, informó el asesor del ministro, Stanislav Greshchishyn.
Entre estas medicinas 48 de las Denominaciones Comunes Internacionales (DCI) fabricadas en Rusia tienen análogos en la producción ucraniana, tanto como en la extranjera; 12 de las DCI son nada más análogos de los que fabrica Ucrania y 10 de las DCI tienen análogos en la industria extranjera. 22 de las DCI de las medicinas no tienen análogos entre los registrados en Ucrania y solo 8 de ellas están en el Formulario Estatal de Medicamentos.
Así que es erróneo afirmar que se trata de “la mitad de las medicinas, que no tienen análogos”.
Además en el artículo escriben que las drogas para el tratamiento de la oncología infantil —que fueron comprados por el gasto del presupuesto estatal de 2016— fueron presuntamente entregadas con el volumen del 14%, y en 2017 no hubo entregas.
En el Ministerio de Salud responden:
“Es un mito; por el dinero del presupuesto estatal de 2016 comprábamos el 89,36% de la cantidad total de las solicitudes. Hasta ahora en este año hemos recibido 154 450 medicinas, lo que corresponde al 36,38% de la necesidad. Hasta finales de otoño (noviembre) esperamos llegar a tener el 88% de todas las drogas necesarias”.
El canal Zvezda también informó que los ucranianos sin saber están participando en los experimentos. En realidad los ensayos clínicos son una práctica mundial y sin llevarlos a cabo no se puede introducir ninguna medicina. Siempre son bajo el consentimiento del paciente.
Además el Ministerio de Salud afirma que “se acercaron a la creación del Registro Único Abierto de los ensayos clínicos para hacerlos más transparentes”.
En el artículo manipulan con la compra de medicamentos, mencionando la compañía Crown Agents que supuestamente “vendió a Ucrania los medicamentos que están expirando”.
En el Ministerio niegan esta información:
“Entre las drogas entregadas por las organizaciones internacionales que tienen corto plazo hasta la fecha de caducidad tenemos un 14,9% entre todas. No obstante, estas medicinas llegan con cartas de estas organizaciones que garantizan el cambio de medicamentos si no fueran usados antes de la fecha de expiración. Así la compañía Crown Agents ya ha reemplazado una parte de los medicamentos, que expiraron”, explicó Stanislav Greshchishyn. Y ahora tres medicamentos más esperan al reemplazo.
Greshchishyn asegura que todas las compras fueron realizadas en cooperación con los departamentos adecuados del Ministerio de Salud y fueron conscientes de que algunos medicamentos deben ser usados en primer plazo antes que caduquen sus fechas.
Además citan a una tal “periodista” de Lviv, Olena Boiko, que dice odiar a las autoridades y que ellos nos matan porque reemplazaron los medicamentos rusos con los europeos, los cuales son más caros.
Es interesante que el mismo comentario de la misma persona apareció en la red en 2015. La presunta periodista Boiko es famosa por ser una provocadora y miembro de una organización que promocionaba la separación de Lviv de Ucrania. El Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) encontró las pruebas de que esta organización fue financiada por el Kremlin y funcionaba según sus intereses. En su CV Boiko afirma que entre 1983 y 1987 ella estudiaba periodismo en la Universidad de Lviv, pero el noticiero Zaxid.net citando los datos presentados por la policía reveló que en esos años Olena Boiko estaba encarcelada en la prisión Kachanivska #54 en la región de Jarkiv por robo. Ella fue detenida en Chervonograd (región de Lviv) el 10 de octubre de 1983 y salió de la cárcel en octubre de 1987.
También en la nota dudan sobre la educación de la ministra adjunta de salud pública, Uliana Suprún. Sin embargo, aunque se graduó en los Estados Unidos tiene suficiente experiencia para ocupar su posición. La información detallada sobre su biografía está disponible en la página oficial del Ministerio de Salud.