Se trata de otra de las teorías conspirativas que carece de cualquier fundamento fáctico. Un grupo de expertos en geología explican que el terremoto devastador de Turquía y Siria se produjo por la colisión de dos placas tectónicas: la de Anatolia y la de Arabia. Ninguna acción humana podría haber provocado una catástrofe de semejante potencia. El “arma» —que según los teóricos de la conspiración supuestamente causó este terremoto— es en realidad un proyecto científico de investigación estadounidense que estudia la influencia de las acciones de diferentes dispositivos electrónicos en los procesos dinámicos de la ionosfera.
En las redes sociales, los usuarios y también los simpáticos de las teorías conspirativas están difundiendo otra noticia falsa que asegura que son los países occidentales, en concreto EEUU y la OTAN, los que están detrás del terremoto de Turquía.
“El terremoto de Turquía, que se ha convertido en un socio incómodo para Occidente, se produjo en un momento muy oportuno y pasó por las provincias con la situación étnica más complicada. El seísmo, seguramente, distraiga a Turquía de los asuntos de política exterior durante mucho tiempo, mientras la oposición ya le está sacando partido desestabilizando la situación, no sin la ayuda de sus amigos transoceánicos que sueñan con reemplazar a Erdogan por alguien más apacible», dice una de las fuentes.
Además, los conspirólogos anuncian que el arma que supuestamente causó el terremoto pertenece al complejo estadounidense HAARP, ubicado en Alaska. La propaganda rusa está difundiendo activamente esta teoría de la conspiración, añadiendo que “la mayoría de los países del mundo no simplemente dejaron de confiar en los estadounidenses, sino que son cada vez más sospechosos, a priori, de todos los fenómenos y desastres extraños”.
También está circulando una foto de este sistema con el título de que es un “arma de microondas HAARP que puede penetrar la Tierra y potencialmente causar un terremoto”.
Sin embargo, toda esta teoría es absolutamente infundada, a la que solo recurre la propaganda rusa para la difusión de desinformación y narrativas sobre Occidente, que “desea cambiar el orden mundial”.
Según los datos del 14 de febrero, el terremoto se llevó 37 mil vidas en Turquía y Siria. Aunque la ONU advierte de que el número final de muertes se puede duplicar.
Los expertos en geología desmienten cualquier sospecha de que semejante catástrofe haya podido ser provocada por cualquier sistema creado por humanos. La causa del terremoto en Turquía y Siria fue la colisión entre la placa arábiga, que se estaba moviendo hacia el norte, y la placa de Anatolia. Los datos de los sismómetros, que miden el movimiento del suelo causado por las ondas sísmicas, mostraron que este terremoto tuvo una magnitud de 7,8 sobre 10 en la escala de magnitud instantánea.
«El sureste de Turquía y el noroeste de Siria son propensos a una actividad sísmica peligrosa, porque se encuentran en la confluencia de tres enormes placas tectónicas: la africana, la anatolia y la arábiga, cuya colisión y roce provocan terremotos”, explica LiveScience.
«El GPS muestra que en la Falla de Anatolia Oriental los bloques se mueven unos 15 milímetros al año. Ese movimiento estira la corteza a través de la falla», indica Judith Hubbard, profesora adjunta visitante de Ciencias de la Tierra y la Atmósfera en la Universidad de Cornell.
«Un terremoto de magnitud 7,8 podría deslizar 5 metros de media. Así que el terremoto está recuperando unos 300 años de lento estiramiento”, sostiene Hubbard.
Los verificadores de hechos de USA Today también notaron la difusión en el mundo angloparlante de esta teoría de la conspiración, según la cual el factor humano supuestamente está detrás del terremoto en Turquía. Rachel Abercrombie, quien estudia terremotos en la Universidad de Boston, dijo en un comentario para USA Today que terremotos tan fuertes no pueden ser causados por una persona por ninguna de sus acciones.
“Las diferentes acciones humanas, como la construcción de grandes embalses, la fracturación hidráulica y el bombeo de aguas residuales asociadas a proyectos de extracción de hidrocarburos y energía geotérmica, pueden provocar sismos, pero nunca tan fuertes”, expuso.
En cuanto al «arma de microondas HAARP», la foto publicada no muestra un arma, sino un radar flotante basado en el mar Sea-Based X-Band Radar, cuya tarea es detectar lanzamientos de misiles balísticos intercontinentales. Este radar es uno de los elementos clave del sistema de la defensa antimisiles de EEUU y está ubicado en el Océano Pacífico.
En cambio HAARP (High Frequency Active Auroral Research Program) es un proyecto científico de investigación estadounidense que estudia la influencia de las acciones de diferentes dispositivos electrónicos en los procesos dinámicos de la ionosfera. La observación de los procesos, que surgen como resultado de la utilización del sistema en un modo controlado, permite a los científicos comprender mejor los procesos que ocurren continuamente bajo la influencia natural del sol. Algunas de las investigaciones que se llevan a cabo con la ayuda de HAARP son: determinación de las características de la ionosfera utilizando balizas satelitales, observaciones telescópicas de la estructura fina de la aurora boreal y documentación de los cambios a largo plazo en la capa de ozono.
Jessica Matthews, directora del programa HAARP en la Universidad de Alaska en Fairbanks, afirmó a la agencia Reuters que “el equipo de investigación de HAARP en el sitio no puede crear o amplificar los desastres naturales”, negando, de esta manera, la noticia conspiratoria que se está difundiendo.
El sistema HAARP ha figurado en diferentes teorías de conspiración en más de una ocasión, en las que la estación de investigación ha sido descrita de diversas maneras: arma climática, arma geofísica que supuestamente es capaz de controlar los pensamientos de las personas, etc.
Anteriormente StopFake refutó la teoría conspiratoria sobre que supuestamente Ucrania se está conviertiendo en un terreno para experimentos del crecimiento de niños artificiales.