Fuente: Yurii Bershidsky, para The Insider
La versión revisada
El Primer Canal ruso informó:
“Los diplomáticos rusos están preocupados por el fuerte aumento del sentimiento neonazi en los países occidentales. Es una alerta. Esto fue discutido hoy en Moscú en una reunión de periodistas con diplomáticos rusos. El foco de atención son los intentos crecientes de reescribir la historia, los casos de discriminación racial y la xenofobia.
A fines del año pasado, la sesión de la Asamblea General de la ONU aprobó el proyecto de resolución propuesto por Rusia para combatir la glorificación del nazismo. Al mismo tiempo, Estados Unidos y Ucrania se opusieron al documento. Allí, bajo el pretexto de la libertad de expresión, hacen la vista gorda a los casos escandalosos.
Y hoy, la embajada rusa en los Estados Unidos expresó su indignación por el descubrimiento en Chicago de un monumento a uno de los líderes de los famosos «Hermanos del Bosque», que operaban en los Estados bálticos. Nuestros diplomáticos lo llamaron un intento de justificar a los perpetradores del Holocausto y falsificar los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial”.
Agregaron también una cita del representante del MAE de Rusia para los Derechos Humanos, Grigory Lukiantsev:
“En Rusia casi cada familia sufrió en esta horrible guerra, por lo que cualquier intento de falsificar la historia, revisar los resultados de la Segunda Guerra Mundial, glorificar el nazismo, menospreciar y negar la hazaña de aquellos que obtuvieron esa gran victoria, nos toca personalmente a nosotros”.
Todo reportaje es bastante misterioso y poco especificado: empezando por la reunión “entre diplomáticos y periodistas” sin mencionar el evento, su enfoque o propósito; hasta la falta de los ejemplos en particular, con la excepción de que mencionan un monumento en Chicago. Aunque tampoco explican cómo el representante de los Hermanos del Bosque está vinculado con nazis.
El sitio web del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia aclara que el tema de la sesión informativa es la presentación del informe Sobre la Situación con la Glorificación del Nazismo, la Propagación del Neonazismo y Otras Prácticas que Contribuyen a la Escalada de las Formas Contemporáneas de Racismo, Discriminación Racial, Xenofobia e Intolerancia. A juzgar por los informes de la agencia de noticias TASS y del Primer Canal, no hay muchos ejemplos de la propagación del neonazismo.
La agencia de noticias RIA Novosti no cita a Lukiantsev, pero explica a quién fue instalado el monumento en Chicago. Según ellos, el monumento está dedicado “al acusado de participar en el Holocausto”:
“La Embajada de Rusia en los Estados Unidos declaró que, en los suburbios de Chicago, en presencia del ministro de Asuntos Exteriores de Lituania, Linas Linkevicius, se abrió un monumento a Adolfus Ramanauskus, acusado de estar involucrado en el Holocausto”.
Ahora vamos a ver quién es este personaje. El jefe de la Unión de Combatientes por la Libertad de Lituania, sede única del movimiento partisano antisoviético lituano en los años cuarenta y cincuenta, Adolfas Ramanauskas, también conocido como Vanagas (significa «halcón» en lituano), es uno de los héroes venerados en la moderna Lituania. Él nunca colaboró con los nazis, durante la ocupación alemana trabajó como profesor. Solamente en 1945 se unió a los Hermanos del Bosque y participó en batallas contra las unidades del NKVD (el Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos).
Ramanauskas editaba la prensa clandestina de los Hermanos del Bosque. Se convirtió en el líder del movimiento partidista en 1952; poco después, decidió suspender la lucha armada. En 1956 fue arrestado y ejecutado al año siguiente. Hubo algunos representantes de los Hermanos del Bosque que colaboraron con los alemanes, pero no hay datos sobre tal cooperación de Ramanauskas.
Ephraim Zuroff, un historiador israelí conocido como el «cazador de nazis» y jefe de la sucursal de Simon Wiesenthal Center de Jerusalén, habló sobre la posible participación de Ramanauskas en el genocidio de judíos lituanos, pero no hizo acusaciones específicas. Según él, en los primeros días de la ocupación, Ramanauskas dirigió a un grupo rebelde en Druskininkai, que luchó contra los alemanes y los comunistas, «y estos comunistas a menudo eran judíos». Al mismo tiempo, Zuroff hizo la reserva de que no tenía información sobre la participación personal de Ramanauskas en los asesinatos de judíos. Pero incluso la participación de Ramanauskas en el movimiento rebelde durante la ocupación nazi no ha sido documentada.
La escritora lituana Ruta Vanagaite, autora del notorio libro Los nuestros, que relata la complicidad de las amplias masas de la población de Lituania en el genocidio de los judíos, también intentaba exponer a Ramanauskas. No obstante, ella no lo culpó de haber sido nazi, ni de haber colaborado con ellos, sino que, según Vanagaite, él era un agente clandestino del NKVD y ayudó a destruir el movimiento antisoviético partisano. Sin embargo, luego Vanagaite se disculpó por sus declaraciones sobre Ramanauskas, calificándolas de «apresuradas y arrogantes».
Así que sigue siendo completamente incomprensible sobre qué hechos se basan las declaraciones de Lukyantsev y de los medios de comunicación pro-Kremlin sobre el «crecimiento de los sentimientos neonazis» en Occidente.
Fuente: Yurii Bershidsky, para The Insider
La versión revisada