Después de que Polonia comenzara a construir una valla en la frontera en respuesta a la crisis migratoria provocada por las autoridades bielorrusas, surgió un nuevo tema en la propaganda bielorrusa: el medio ambiente. Los expertos bielorrusos afirman que la construcción de la valla perturbará el ecosistema del bosque de Białowieża, creará barreras a la migración animal y afectará negativamente a la singular población de bisontes. Este año, la cuestión del bosque de Białowieża se planteó incluso en la Cumbre del Clima de la ONU en Azerbaiyán por iniciativa de la parte bielorrusa.
Lukashenko acudió a la cumbre del clima en Bakú para hablar de algo completamente distinto a la ecología; no es un gran defensor de la naturaleza, está acostumbrado a hacer dinero con ella. Sin embargo, como el orden del día se limitaba estrictamente al tema de la cumbre y a discursos de tres minutos, dirigió todas sus acusaciones ecologistas al Presidente polaco Andrzej Duda. «Están talando el bosque de Białowieża, y él habla de plantas», dijo Lukashenko, comentando el discurso del líder polaco. Añadió que Duda no mencionó cómo Varsovia construyó una valla fronteriza a través del Bosque de Białowieża, causando supuestamente la muerte de animales allí.
Las declaraciones de Lukashenko fueron ampliamente difundidas, pero esa misma noche surgió una embarazosa contradicción: se publicó un decreto con su firma que permitía la caza del oso y el lince, especialmente protegidos en Bielorrusia. La propaganda bielorrusa ignoró esta incoherencia y se centró en acusar a Polonia de destruir el bosque de Białowieża, ya que el tema había pasado de ser un debate de expertos locales a una cuestión política de alto nivel.
Polonia empezó a construir una valla fronteriza con Bielorrusia en 2022 para impedir la entrada de migrantes de África y Oriente Medio que intentan llegar a la UE a través de Bielorrusia. La valla tiene 186 kilómetros de longitud y 5,5 metros de altura. Se construyó atravesando el territorio del bosque de Białowieża, un complejo natural incluido en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
A las autoridades bielorrusas no les gustó la valla desde el principio. En primer lugar, socava fundamentalmente la imagen de Bielorrusia como vecino «pacífico», lo que hace difícil explicar al electorado por qué son necesarias medidas tan drásticas para aislarse del «país más pacífico del planeta.» En segundo lugar, las autoridades bielorrusas niegan su participación en la crisis migratoria de todas las formas posibles. Según su narrativa, se trata de «cientos de desafortunados refugiados que huyen de guerras iniciadas por Occidente en sus países». En tercer lugar, crear una barrera al flujo de refugiados significa que estas personas permanecerán en Bielorrusia, dejando a las autoridades sin saber qué hacer con ellas.
Como las autoridades bielorrusas no pueden influir en la construcción de la valla a nivel político, decidieron centrarse en cuestiones medioambientales. Su principal argumento es que la valla causa daños importantes a los ecosistemas del bosque, incluidas las poblaciones de animales raros, sobre todo bisontes. Los expertos bielorrusos comentan con frecuencia que los animales no pueden moverse libremente porque la valla no está equipada con los pasos necesarios y hay historias de animales que mueren tras enredarse en el alambre.
Representantes de las autoridades bielorrusas atacaron simultáneamente a las organizaciones internacionales con cartas en las que destacaban los peligros de la valla. Se enviaron llamamientos al Consejo de Europa y a la misión de la UNESCO. Expertos de la UNESCO visitaron incluso la parte bielorrusa del bosque para evaluar los daños causados por la construcción de la valla. Los funcionarios bielorrusos expresaron su voluntad de visitar la parte polaca del bosque, pero los polacos se negaron, al igual que ellos mismos no aceptaron venir a Bielorrusia.
En general, parece que la propaganda bielorrusa presta más atención a la conservación de la naturaleza polaca que a la suya propia. Actualmente, critica activamente a las autoridades polacas por talar bosques en el bosque de Białowieża para reconstruir una carretera regional. Cada incidente relacionado con bisontes se vigila de cerca: cuando el equipo militar cercano a la frontera daña a los animales, la propaganda bielorrusa lanza oleadas de críticas, acusando a las autoridades polacas de destruir la naturaleza en su fervor militarista. Y, por supuesto, existe un sentimiento de resentimiento hacia la parte polaca por no estar dispuesta a reanudar la cooperación y por suspender los proyectos conjuntos. Por tanto, la única opción que le queda a Bielorrusia es seguir criticando a Polonia por destruir el bosque de Białowieża en todos los foros internacionales posibles.