A la propaganda rusa le gustaría mostrar una imagen de ucanianos que esperan a las tropas rusas y les dan la bienvenida con flores. Mientras que aparecían vídeos en que los ucranianos salían contra los tanques sin armas para pararlos. Por lo tanto, cuando apareció un vídeo en que una abuela sale de su casa con la bandera soviética, confundiendo a los soldados ucranianos con los rusos, la maquinaria de propaganda rusa se hizo cargo de difundirlo y crear un mito alrededor. «¡Es todo por ella!», gritaron los propagandistas. El lema ruso “Nosotros no abandonamos a los nuestros» finalmente fue “comprobado”, festejaron ellos. Sin embargo, la realidad e historia de esta abuela resultó ser distinta.
A esta abuela le dedicaron una poesía, la pintaron en las paredes, le hicieron estatuas —incluso en la ciudad de Mariúpol destruida y ocupada—, y la llamaron “Patria Envejecida”. La abuela con la bandera de la URSS a través de la propaganda comenzó a usarse como el símbolo de esta guerra sin sentido.
¿Qué pasó en realidad?
A principios de abril, apareció en Internet un vídeo en el que una anciana había salido al encuentro de los militares ucranianos con una bandera roja soviética. Ella dijo que estaba orando por ellos, por Putin y por toda la nación. El soldado le dio comida, pero tomó la bandera y la pisoteó. La abuela se negó a comer, diciendo que sus padres «murieron» por esta bandera. Al parecer, la anciana confundió a los militares ucranianos con los rusos.
El soldado ucraniano le respondió que está defendiendo su país de los rusos, porque ellos vinieron a su casa: “¿Hablo ruso con Ud. ahora y soy el banderivets*? Y, aunque sea el banderivets, ¿qué diferencia hace?, yo estoy luchando por mi tierra”.
*(ed. – una manera como los rusos llaman a los ucranianos por ser patriotas de Ucrania, según el personaje historico del nacionalista ucraniano Stepan Bandera)
Los eventos en el vídeo tuvieron lugar en la región de Járkiv, y no en la región de Kyiv, como afirmaron algunos medios rusos. Los representantes del Centro de Comunicaciones Estratégicas y Seguridad de la Información lograron encontrar a la abuela y su casa. Por una ironía, su casa fue destruida con una mina rusa y no como resultado de un bombardeo del ejército ucraniano, como afirma la propaganda rusa. Después de que la casa de Hanna Ivanivna (así es el nombre y patronímico de la anciana) fuera destruida, los soldados ucranianos la ayudaron a evacuar a Járkiv. También cuidaron de sus animales y luego le entregaron la comida en el hospital.
“Todos son buenos chicos, ellos nos protegían a nosotros allí cerca, ayudaron con alimentos. Aquí han traído, miren… Eso es lo malo, que Rusia vino con la guerra contra nosotros. Es muy malo. No he pensado que sería así”, confesó la anciana, de la cual la propaganda rusa creó un símbolo de la guerra.
A Hanna Ivanivna le dijeron que ya se había convertido en una famosa, ella contestó que “mejor que no fuera famosa ni que hubiera guerra”.
Y comentó sobre su acción con la bandera soviética de la siguiente manera: «Solo pensé en saludar a los rusos y decirles que no deberían destruir más aquí, sino resolver el problema pacíficamente».
Más tarde, el tercero de mayo, fue publicado otro vídeo más con Hanna Ivanivna. En el titular se afirmó que la anciana no quiere evacuarse a Járkiv. Pero como podemos ver en el vídeo que salió después, los ancianos aceptaron la propuesta y fueron evacuados a Járkiv. Hablando con los militares ucranianos, los ancianos agradecieron a ellos por su ayuda.
Por supuesto, incluso después de la entrevista con la abuela de Járkiv, la propaganda rusa no abandonó su símbolo: «En un mes, los nazis de Járkiv pudieron lavar el cerebro de los rusos ancianos, que se habían convertido en los símbolos de la operación especial”, explicaron los rusos.