Fuente: Ksenia Kirillova, para Krym.Realii
La 1ª parte del artículo puede ser encontrada aquí
Por primera vez en muchos años, la propaganda rusa empezó a apelar a la imagen del futuro deseado: «una Rusia nueva» y su papel en un mundo nuevo y cambiante. Como escribe la Fundación Jamestown, esta imagen es actualmente extremadamente imprecisa, pero la misma orientación hacia el ideal de un «futuro brillante» encierra nuevas amenazas para el Kremlin. Por un lado, la retórica sobre avanzar hacia un objetivo anhelado puede inspirar a los rusos en el corto plazo. Por otro lado, las contradicciones entre la imagen propagandística y la realidad son cada día más evidentes.
La primera de estas contradicciones es la incapacidad de las autoridades de garantizar la seguridad elemental de la población en el contexto de la guerra. El comienzo del año estuvo marcado por un potente ataque ucraniano contra la ciudad fronteriza rusa de Belgorod, que dejó cientos de heridos. Al mismo tiempo, según periodistas independientes, es la guerra y los ataques resultantes a ciudades rusas lo que causa la mayor ansiedad a los rusos.
A principios de 2023, el pico de ansiedad lo provocó la penetración de grupos de sabotaje ucranianos en el territorio de Rusia y los ataques con drones. A mediados del año pasado, el motín de Yevgeny Prigozhin provocó la mayor ansiedad, y luego el temor a una posible ofensiva de las Fuerzas Armadas de Ucrania. El líder absoluto entre las causas de ansiedad en el tercer trimestre del año son los ataques con drones ucranianos, y el final del año estuvo marcado por el temor a una nueva posible movilización. Su fortalecimiento también se vio facilitado por las redadas de inmigrantes con el objetivo de enviarlos al frente en Nochevieja.
Otra amenaza para la seguridad de los rusos son los crímenes de los ex prisioneros que regresan del frente. Su número también está creciendo. Como señalan periodistas independientes, no todos regresan a cárceles después de repetidas violaciones, y los jueces a menudo imponen a los mercenarios sentencias excesivamente indulgentes. Un caso muy ilustrativo es el asesinato del padre del jefe del servicio de prensa de la Iglesia Ortodoxa Rusa, Vladimir Legoida, por Adam Shcherbakov, de 25 años. Anteriormente Shcherbakov había sido condenado varias veces y no debía ser liberado hasta 2025, pero fue indultado después de cumplir el servicio militar.
Por supuesto, la ansiedad en la sociedad rusa no significa todavía el aumento de los sentimientos de protesta. Por el contrario, un cierto nivel de ansiedad puede provocar la reacción contraria: paralizar la voluntad de las personas y exacerbar su necesidad de encontrar al menos algo de apoyo y «suelo firme bajo sus pies», que es la consolidación en torno al poder. Sin embargo, como bien señalan los observadores políticos, la sociedad tiende a cansarse de la guerra si no ve perspectivas.Entre estas perspectivas, la propaganda del Kremlin menciona cada vez más la «construcción de un nuevo país y un nuevo mundo» y la creación de una nueva «economía de movilización» que, a diferencia de la anterior, «semicolonial», asegurará un enorme crecimiento económico. Al mismo tiempo, según los expertos, los problemas en la economía rusa no harán más que intensificarse.
De hecho, la economía rusa se ha desplazado hacia líneas militares, como informan con orgullo los propagandistas. Según los medios pro-Kremlin, «el complejo industrial-defensivo ruso ha multiplicado sus capacidades y proporciona al ejército todas las armas necesarias». Las infusiones financieras en el complejo de defensa ruso son verdaderamente grandiosas. Ya en el verano de 2022 se informó que las empresas de Rostec estaban cambiando su funcionamiento para trabajar en varios turnos y renunciando a las vacaciones para cumplir con la orden de defensa estatal.
En septiembre de 2022, Vladimir Putin firmó la ley sobre 10 años de prisión por violar las condiciones de la orden de defensa estatal y un mes después creó el Consejo de Coordinación para satisfacer las necesidades del ejército bajo el Gabinete de Ministros. Al mismo tiempo, a partir de noviembre de 2022, las adquisiciones para necesidades de defensa podrán realizarse de forma simplificada, sin observar procedimientos competitivos.
El crecimiento de la producción militar también se evidencia en el aumento de las compras de las materias primas necesarias para ello. Así, según periodistas independientes, desde el comienzo de la invasión a gran escala de Ucrania, ha aumentado el suministro a Rusia de pulpa de algodón, necesaria para la producción de pólvora. La pulpa de algodón se importa casi exclusivamente de Kazajistán y Uzbekistán y, en la mayoría de los casos, para eludir las sanciones. En comparación en 2021 estos países suministraron a Rusia pulpa de algodón por valor de casi 4 millones de dólares, en 2022, por valor de casi 10 millones de dólares. Entre los clientes de los fabricantes uzbekos y kazajos hay muchas empresas rusas sancionadas y en algunos contratos se establece explícitamente que el suministro de pulpa de algodón en 2023 forma parte de una orden de defensa estatal.
Periodistas independientes señalaron que fue el aumento de los pedidos de defensa lo que ayudó a evitar una grave caída de la producción en Rusia en 2022. Al mismo tiempo, los propagandistas del Kremlin no ocultan que fue la guerra y el consiguiente aumento de la producción militar lo que condujo a la redistribución de la financiación a las regiones más pobres de Rusia y a un fuerte aumento del bienestar de las personas, principalmente de bajos ingresos. «¡El dinero fluyó hacia las regiones!», enfatizan los propagandistas rusos.
Los expertos occidentales también admiten que las inyección financiera en el complejo de defensa estimulan en cierta medida la economía, pero a la larga resultará para ella una «bomba de tiempo». Los expertos señalan que la reducción de la inversión en la formación y educación conducirá a una reducción de la productividad laboral en el mediano y largo plazo, tanto como la falta de inversión en el sistema de la salud pública exacerbará una situación demográfica ya de por sí terrible. Estos efectos serán más pronunciados cuando el gasto militar comience a disminuir.
El economista ruso Serguei Aleksashenko también cree que Rusia se enfrentará a una escasez de personal en las empresas civiles, debido a la movilización y al hecho de que las fábricas militares comenzarán a «sacar» especialistas cualificados del sector civil. Incluso los medios de comunicación fieles al Kremlin señalan que Rusia se enfrentará a una escasez de personal. Al mismo tiempo, será cada vez más difícil reducir los problemas económicos mediante mecanismos tradicionales de mercado.
Uno de los fundadores de la Escuela Superior de Economía de la Universidad Nacional de Investigación de Moscú, Igor Lipsits, cree que los mecanismos del mercado en la Rusia moderna se están reduciendo rápidamente y se está volviendo a principios de los años 90, pero sin perspectivas de crecimiento económico. Otros expertos también creen que el aumento de la intervención estatal en la economía conduce al hecho de que los mecanismos naturales del mercado dejan de funcionar y la gestión de los procesos económicos «en modo manual» tarde o temprano fracasará. Y cuanto más progresen estas tendencias, menos credibilidad tendrán los lemas propagandísticos sobre un «futuro brillante» de Rusia.