En Turquía se ha incrementado drásticamente la cantidad de noticias falsas sobre los ucranianos durante el último mes. La propaganda rusa está intentando desestabilizar la sociedad turca y llevar al presidente Erdogán al conflicto con Occidente.
La quema del Corán: Kremlin da el visto bueno
Un escandaloso incidente se produjo en Estocolmo en medio de las negociaciones sobre la integración de Suecia a la OTAN: la quema del Corán delante de la embajada de Turquía.
Rasmus Paludan, el fundador del partido político de extrema derecha Stram Kurs, explicó su acción como la renuncia de Turquía a aceptar a Suecia en la OTAN. Con lo cual, decidió quemar el libro sagrado de todos los musulmanes. Dado que la burla recibió una fuerte resonancia en los medios turcos, Turquía suspendió las negociaciones con Suecia y Finlandia sobre la unión a la OTAN. En respuesta a la quema del Corán, los activistas locales quemaron la bandera de Suecia en Estambul.
Ambos sucesos también han sido ampliamente retransmitidos por los medios rusos. Los medios pro-Kremlin salieron con titulares incendiarios: ”¿Cómo castigará Ankara a Estocolmo por profanar el Corán y colgar una efigie de Erdogan?”, y el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia “condenó la acción” y llamó a la “toma de medidas contra los radicales”.
Sobre el rastro ruso en el doloroso incidente para Turquía y Suecia se empezó a halar de inmediato. Habiendo iniciado la invasión a gran escala en Ucrania, Vladimir Putin difícilmente se esperaba el ingreso de nuevos países a la OTAN. Menos aún, cerca de las fronteras rusas. Ahora Rusia está dispuesta a retrasar la expansión de la Alianza del Atlántico Norte con todos los medios posibles. Entonces, ¿actuaba Rasmus Paludan según las indicaciones de Kremlin?
El antiislamista de extrema derecha, Rasmus Paludan, a menudo figuraba con declaraciones extremistas y provocativas en la prensa europea. En 2020 fue condenado por un tribunal danés a un mes de cárcel por 14 cargos diferentes. Entre ellos: acusaciones de racismo.
Como afirman los periodistas de la edición turca Tamga Turk, el partido Stram Kurs difundía contenido de canales propagandistas rusos en sus redes sociales hasta el 2021.
En el contexto del escándalo, también se supo que algunos miembros del partido tienen relación con los medios de propaganda rusos. Por ejemplo, la teóloga y política danesa, Iben Thranholm, solía escribir artículos para el canal del Kremlin Russia Today (RT), en los cuales llamaba a Putin “líder del “nuevo mundo cristiano”.
Finalmente, Paludan afirmó, a la edición sueca Dagens Nyheter, que la quema del libro sagrado de los musulmanes no fue idea suya, sino una propuesta del periodista sueco Chang Frick, quien participó en la preparación de la acción (el propio Frick lo niega). En 2014 Chang Frick también reconoció que colaboraba con el canal de televisión Russia Today.
“La propaganda rusa está tratando de aprovechar los sentimientos antioccidentales –está convencido Vasyl Bodnar, embajador extraordinario y plenipotenciario de Ucrania en Turquía– hay partidos bastante activos en Turquía que promueven las narrativas rusas”. Así es como Suecia y Turquía se han convertido en objetivos de la operación de información rusa.
Ucranianos, en el punto de mira
“Han comenzado a circular por la red publicaciones con descripciones de “historias” diferentes sobre una misma temática ensombreciendo a los ucranianos que viven en Turquía”, trata la reciente declaración de la Embajada de Ucrania en Turquía.
Así es como la semana pasada en los medios de comunicación turcos se retransmitió la noticia sobre que una refugiada, que vive en Antalya, supuestamente puso una queja a una escuela secundaria de Anatolia por la obligatoria interpretación del himno turco por las mañanas. Tras la ola de indignación que recorrió la red, los periodistas turcos han podido establecer que esta historia fue inventada. Esta información fue refutada por el Ministerio de Educación Nacional de Turquía.
“En Turquía han reaparecido cuentas en redes sociales y agentes de influencia del Kremlin, que realizan actividades de propaganda intencionadas contra los ucranianos”, concluyeron en el diario turco Kirim Haber Ajansi.
Otro caso de difusión de desinformación sobre los ucranianos en Turquía fue un vídeo que, supuestamente, publicaron en la red social TikTok a mediados de enero unas ucranianas que temporalmente residen en Antalya. Los medios turcos junto a las cuentas populares de las redes sociales comenzaron a compartir este breve vídeo con la frase: “Nos llaman extranjeros, pero los turcos ya se han convertido en extranjeros en Antalya”. Esta noticia reunió cientos de comentarios molestos en redes sociales apelando a la deportación de las autoras del vídeo y a la reacción ante la excesiva inmigración de ucranianos y rusos. “Es una ocupación abierta”, se indignaban los autores de los mensajes.
Se afirma que el vídeo de TikTok junto con la cuenta fueron borrados de la red social prácticamente de inmediato. Los periodistas de StopFake no lograron encontrar su fuente original. Después, el 19 de enero el vídeo apareció casi simultáneamente en las principales comunidades virtuales turcas y medios de comunicación. El vídeo iba acompañado de un mismo mensaje, el cual sostenía que las chicas del mismo eran ucranianas (aunque no existen evidencias sobre ello: sus rostros están cubiertos por unas gafas). Incluso los propios usuarios turcos las confunden con rusas al reaccionar a la tesis sobre los “inmigrantes desagradecidos” quejándose de la afluencia de los eslavos en las ciudades turcas.
Al comienzo de la guerra de Rusia contra Ucrania unos 420 mil ucranianos se fueron a Turquía. Pronto, se unió a ellos una gran cantidad de rusos que abandonaron el país tras el anuncio de la movilización. Solo en 2022, 150 mil rusos recibieron permisos de residencia oficiales en Turquía.
La nueva ola de migración (a la que antecede la afluencia de refugiados sirios y afganos) ha afectado a la sociedad turca. Este se puede convertir en uno de los temas claves durante las elecciones presidenciales que, en Turquía, tendrán lugar en mayo de 2023. De forma que los refugiados ucranianos estarán en el foco de atención.
La propaganda rusa en Turquía
Para muchos turcos los ucranianos y los rusos que han llegado a su país son la única consecuencia de la guerra ruso-ucraniana. El alcalde de Antalya, Muhittin Böcek, incluso incluyó recientemente a los rusos entre las «víctimas de la guerra”.
Pero no debemos olvidar que la gran mayoría de ucranianos que se fueron al extranjero son mujeres y niños, mientras que los hombres están defendiendo a Ucrania de la invasión rusa. De acuerdo con el Decreto del Presidente de Ucrania «Sobre la Movilización General” desde el 24 de febrero de 2022 los hombres de entre 18 y 60 años no pueden abandonar el país. A diferencia de los rusos, cuya salida al extranjero está prohibida oficialmente. Y si los ucranianos se ven obligados a huir a Turquía a causa de la guerra, los rusos están huyendo de la crisis económica y de la movilización forzada. Esta y muchos otros factores distinguen significativamente a los migrantes ucranianos de los rusos.
Sin embargo, en las últimas semanas han aparecido publicaciones en los medios turcos que demuestran que los ucranianos también están siendo movilizados contra su voluntad. En el vídeo que publican en el segmento turco de redes sociales se puede ver cómo los militares rodean a los hombres ucranianos en lugares transitados y, violentamente, los suben a un vehículo. Muchos de estos vídeos van acompañados de subtítulos en inglés y son tomados del canal ruso de telegram “TheCopperMountain”. Si algunos de ellos realmente han sido filmados en Ucrania, por lo que los cuarteles militares ya se han disculpado y ha reconocido el abuso de autoridad de sus empleados, otros son claras escenificaciones.
Por ejemplo, en este vídeo se puede observar a un hombre al que supuestamente se llevan al ejército directamente desde su casa. Al mismo tiempo el personal militar no viste de uniforme y oculta su rostro bajo los pasamontañas, lo que en realidad no hacen. Este vídeo también ha sido publicado en el canal ruso de Telegram “TheCopperMountain” con subtítulos en inglés.
Desde el principio de la guerra los propagandistas rusos tratan de desacreditar a los refugiados ucranianos. Según el empleado del Centro de Comunicación Estratégica y Seguridad de la Información, Serhii Zhukov, los rusos están llevando a cabo de manera simultánea varias campañas sincronizadas de información. Cada una de ellas está dirigida a públicos diferentes: el ruso, el ucraniano y a la población de países que reciben a refugiados de Ucrania. Entre los extranjeros, la propaganda difunde las noticias falsas de antiinmigración sobre las pérdidas económicas por causa de los refugiados, la subida del nivel de delincuencia, diferencias culturales y los conflictos relacionados con las mismas.
De forma que en las redes sociales ya han aparecido relatos sobre que supuestamente en Polonia los refugiados ucranianos han robado en el apartamento de una anciana; en Alemania “revenden la ayuda humanitaria de las autoridades locales”; y en Italia, las mujeres embarazadas ucranianas escriben en sus vientres: “Nos vemos en el campo de batalla”. El éxito de tales campañas de desinformación depende, en primer lugar, de la disposición de la sociedad para resistirlas.