Fuente: Kostyantyn Podolyak/Krym.Realii (RFE/RL)
Traducido por StopFake
Rusia reclama todo lo que rodea sus fronteras, que, según Vladimir Putin, “no terminan en ninguna parte”. Reclama el Ártico en el norte, las islas Kuriles japonesas en el este y las tierras de Europa del Este en el oeste. Pero los reclamos más antiguos de Rusia son desde la época del «proyecto griego» de Catalina II que se formaron en el sur.
Al principio, Rusia tenía como objetivo «ir a los mares cálidos», luego capturar los mares de Azov, Negro, Mediterráneo y los estrechos del Bósforo y los Dardanelos, y luego Constantinopla. El plan y la ideología de este proyecto fueron expuestos abiertamente por Catalina II en una carta al emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, José II, fechada el 10 (21) de septiembre de 1782. No obstante, la resistencia de los países de Europa no había permitido que Rusia hiciera esto, y más allá de la captura de Crimea en 1783, los emperadores y zares, secretarios generales y presidentes de Rusia aún no han logrado avanzar. En Moscú, sin embargo, esta idea no permite dormir en paz, y Rusia está haciendo nuevos y nuevos esfuerzos para avanzar cada vez más y más al sur.
Los altos funcionarios de la Crimea ocupada se convirtieron en fervientes defensores de esta idea. Por ejemplo, el portavoz del parlamento ruso de Crimea, Vladimir Konstantinov, se regocija: «De hecho, ellos (Ucrania, ed.) ya han perdido el mar de Azov, la próxima etapa es la pérdida del acceso al mar Negro. El futuro del territorio de Ucrania es objeto de importantes negociaciones políticas, cuyos resultados dependen de nuestra operación especial. Pero, sin duda, todo el sureste de la Ucrania antigua es Rusia. Por lo tanto, toda la costa del mar Negro es nuestra tierra original…»
Como vemos, los ocupantes en Crimea reclaman que incluso el mar Negro se convierta en el «lago interno» de Rusia.
Veamos el problema del mar de Azov a este respecto. Tanto Ucrania como Rusia ya han denunciado el Acuerdo de cooperación en el uso del mar de Azov y el Estrecho de Kerch. Rusia y Ucrania concluyeron el acuerdo el 24 de diciembre de 2003 en Kerch. En ese momento, ambos países se guiaron por relaciones de asociación, cooperación entre los países en las condiciones de «relaciones fraternales históricas». La idea principal del tratado fue la tesis de que «el mar de Azov y el Estrecho de Kerch son históricamente aguas internas de la Federación Rusa y Ucrania».
Recordemos que este fue el final de las largas negociaciones entre Rusia y Ucrania sobre la frontera marítima en el mar de Azov, durante las cuales Rusia buscaba apoderarse de la mayor parte tanto de la costa como de la zona de agua del mar de Azov. Moscú propuso establecer la frontera no a lo largo de una línea recta, como es habitual en el derecho internacional, sino a lo largo de una «línea media» arbitraria que separaría la mayor parte del mar de Azov para el país. Por lo tanto, el acuerdo fue en realidad un acuerdo temporal forzado tanto para Ucrania como para Rusia. Para Ucrania, con la esperanza de que llegue el momento y la frontera se dibuje de acuerdo con las normas internacionales, no según la voluntad de Rusia. Para Rusia, con la esperanza de que en el futuro sea posible defender a lo que le beneficie.
Rusia inmediatamente se comportó como un dueño único: se negó a pagar el paso de los barcos por el canal ucraniano Kerch-Yenikal, persiguió a los pescadores ucranianos y prohibió el paso de los barcos ucranianos por el estrecho de Kerch.
Éstos son sólo algunos hechos. En julio de 2013 los guardias fronterizos rusos en un bote persiguieron y chocaron deliberadamente una lancha ucraniana, después de lo cual se hundió. De los cinco pescadores de la lancha, sólo uno sobrevivió.
En diciembre de 2013, en el mar de Azov, los guardias fronterizos rusos dispararon y detuvieron a tres pescadores ucranianos. El 15 de febrero de 2018, los guardias fronterizos rusos detuvieron un barco pesquero ucraniano en la parte occidental del mar de Azov y acusaron a cuatro miembros de su tripulación de caza furtiva. El Tribunal de la ciudad de Kerch, controlado por Rusia, arrestó a los ucranianos durante 10 días, y la Oficina del Fiscal General de Ucrania abrió un caso penal por su captura.
El 25 de noviembre de 2018, barcos del Servicio de Fronteras del FSB ruso, con el apoyo de la aviación del ejército ruso, atacaron barcos ucranianos: el remolcador Yani Kapu y los pequeños barcos de artillería Berdyansk y Nikopol en el Estrecho de Kerch, impidiéndoles entrar en su puerto de Berdyansk del mar de Azov.
El 15 de febrero de 2019, en la parte occidental del mar de Azov, cerca de las costas de Crimea ocupada, es decir, en las aguas territoriales de Ucrania, los empleados del FSB de Rusia nuevamente detuvieron un barco con los ucranianos. El barco partió del mar de Azov desde el pueblo de Raynivka en la región de Zaporiyia. El barco, junto con los pescadores, fue llevado a Kerch para ser juzgado.
Ahora Rusia ya ha afirmado unilateralmente su poder sobre el mar de Azov en el procedimiento legislativo. En la Duma Estatal de la Federación Rusa, en la nota explicativa de dicho proyecto de ley, se dice que el acuerdo es denunciado “en relación con el hecho de que Ucrania ha perdido el estatus de Estado costero en relación con estas áreas de agua».
El politólogo ruso, Rostislav Ishchenko cree: «Ucrania misma denunció este tratado con el inicio de las hostilidades, hace mucho tiempo… El área de agua, que ambos países alguna vez pudieron usar, ahora está legítimamente asignada a Rusia». En su opinión, Rusia ha defendido y defenderá sus territorios. Según el politólogo, ya quedó claro quién es el propietario del mar de Azov cuando la flota rusa del mar Negro no permitió que los barcos ucranianos ingresaran al Estrecho de Kerch.
Ahora, como señala el sitio web pro-Kremlin de Sebastopol ForPost, el mar de Azov «ha quedado completamente bajo el control conjunto» de Rusia y el llamado grupo «RPD» (autoproclamada República Popular de Donetsk, ed.). Vladimir Rogov, representante de la «administración militar-civil» ocupante de la región de Zaporiyia, dijo que Ucrania ha perdido para siempre el acceso a este mar.
Según sus palabras, las partes de las regiones de Zaporiyia y de Jersón —que en este momento están controlados por Rusia— nunca volverán a ser parte de Ucrania y, por lo tanto, el país “ha perdido el control del mar de Azov”. Sin embargo, el problema es que no existe tal derecho en el mundo que permite a un país apoderarse de los territorios de otros Estados. En consecuencia, este es un intento de otra anexión, esta vez del área del mar, que tarde o temprano tendrá que ser devuelto, por lo que las palabras «para siempre» y «nunca» aquí, por supuesto, no son para dar la esencia, sino para complacencia.
Los típicos intentos de otorgar al mar de Azov el estatus de «territorio histórico de Rusia» parecen frívolos. “El mar de Azov quedó bajo control ruso en el siglo XVIII”, afirma el diputado de la Duma estatal Anatoly Wasserman, olvidando que después de la Guerra de Crimea, a Rusia se le prohibió tener una flota en el mar Negro, y es posible que tal la historia pueda repetirse.
Los expertos rusos afirman que el mar de Azov tiene un significado defensivo para ellos, tiene potencial económico, porque es rico en peces y tiene un significado turístico. El autor del noticiero ruso Ukraina.ru, Konstantin Kevorkyan, dice: «Si antes estos recursos tenían que compartirse con Ucrania, ahora estarán en posesión exclusiva de la Federación Rusa«.
Ahora, como todo en Rusia, el mar de Azov se usa, en primer lugar, con fines militares, y desde hace casi 10 años, Rusia no ha podido desarrollar sus recursos con fines pacíficos.
En 2015, por ejemplo, Rusia desarrolló un programa para la reactivación de la industria pesquera. Resultó que la anexión de Crimea también acabó con la industria pesquera. En ese momento, la prensa rusa escribió: «Cada persona debe comer anualmente al menos 22 kg de pescado y otros mariscos. Los crimeos consumen alrededor de 10 kg. En 2014, por ejemplo, en el mar Negro, se capturaron 13.500 toneladas de pescado, un 63% menos que el año anterior, y 4.800 toneladas en el mar de Azov, que es más de dos veces menos que en 2013”. Potencialmente, los habitantes de Crimea pueden comer entre 60 y 70 mil toneladas de pescado al año. Pero la cantidad recomendada de captura en 2015 se fijó en solo 30.000 toneladas.
«Los peces se fueron de Sebastopol», escribió Krym.Realii con alarma, los bloggers y los compradores se preguntaron por qué el pescado era tan caro, a veces cinco veces más caro que antes, y mucho más caro que en Moscú y Rusia continental. Los analistas hablaron sobre la destrucción de la industria pesquera de Crimea.
Hoy, los funcionarios de Crimea están tratando de demostrar lo contrario, pero los hechos muestran que incluso hoy, 10 años después de la anexión, la escasez del pescado no se ha superado. Como lo demuestran los materiales de la reciente reunión del Comité de Política Agraria y Desarrollo de Territorios Rurales del parlamento ruso de Crimea, hoy «un crimeo promedio» no alcanza la norma de unos cinco kilos de pescado por año.
Sin embargo, según informó Vladimir Gaydayenko, jefe del Departamento de Pesca del Ministerio de Agricultura del gobierno ruso de Crimea, casi se han duplicado las ventas de productos de piscicultura industrial. Al final, resultó que este aumento se debe al hecho de que «en su mayor parte, la situación es relativamente estable, ya que las empresas pudieron cambiar a tiempo al suministro de materias primas de la cuenca del Volga-Caspio». Es decir, las autoridades ocupantes ya han perdido los recursos del mar de Azov y en parte del mar Negro, y Crimea procesa principalmente pescado del Volga y el mar Caspio, en lugar de materias primas del mar de Azov. Lo han logrado. ¿Y para qué necesitan el mar Mediterráneo? ¿Para convertirlo en el lago Azov?
Fuente: Kostyantyn Podolyak, para Krym.Realii
Traducido por StopFake