Amnistía Internacional había llamado la atención sobre la desaparición del abogado, después de denunciar que estaba sometido a «presiones constantes por parte de las autoridades ucranianas»
La violencia sectaria en Ucrania ha vuelto a enturbiar las relaciones de Kiev con Moscú. El hallazgo del cadáver de Yuri Grabovski, abogado de uno de los dos soldados rusos que llevan detenidos en Ucrania desde el año pasado tras haber sido interceptados en el frente, ha confirmado los miedos de los que desde hace meses denuncian el clima de intimidación que se vive en algunos ámbitos.
Hace unos días Amnistía Internacional había llamado la atención sobre la desaparición del abogado, después de denunciar que Grabovski y la letrada del otro acusado habían sido sometidos a «presiones constantes por parte de las autoridades ucranianas».
El 9 de marzo se supo de la desaparición de Grabovski al no acudir a una audiencia del caso. En su página de Facebook se publicaron mensajes en los que se afirmaba que se había marchado de Ucrania porque temía por su vida, pero pronto regresaría. Oksana Sokolovskaya, la abogada del otro soldado ruso denunció que estos mensajes no los había escrito Grabovski y que el letrado no había salido de Ucrania. También se quejó del hostigamiento que sufren por hacer su trabajo.
Rusia ha urgido a Ucrania a tomar medidas para encontrar y castigar a los implicados en el homicidio, informa la agencia rusa Sputnik.
Yuri Grabovsky trabajaba en el caso de Alexander Alexandrov y Yevgeny Erofeyev, capturados el año pasado en el este de Ucrania, cerca de la zona donde mandan los rebeldes prorrusos. Aunque ambos admitieron ser soldados, Moscú se escudó en que habían renunciado al servicio activo y dijo que los dos estaban luchando en la región de Lugansk por su cuenta. Su caso había vuelto estos días al primer plano porque el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, declaró que Kiev está dispuesto a intercambiar a la militar ucraniana Nadezhda Savchenko, presa en Rusia. Un tribunal de la región rusa de Rostov condenó este martes a Savchenko a 22 años de prisión por el asesinato de periodistas de una cadena de televisión rusa en Donbás.
«Estoy dispuesto a entregar a Rusia a los dos militares rusos, detenidos en nuestro territorio por participar en la agresión militar contra Ucrania» a cambio de Savchenko, propuso Poroshenko.Rusia ha negado muchas veces que suministre reclutas o armas a los separatistas. Pero a finales del año pasado, con la atención mundial puesta ya en Siria, el presidente Putin admitió en una rueda de prensa la ‘conexión rusa’ de la guerrilla de Donbás.
«Nunca hemos dicho que allí [en Ucrania] no haya personas dedicadas a ciertas cuestiones, militares inclusive, lo que no significa presencia de tropas regulares rusas en el país», dijo al ser preguntado por un periodista.
Según la investigación rusa, Savchenko se encontraba el 17 de junio de 2014 en las posiciones del batallón Aidar en la provincia ucraniana de Lugansk, cumpliendo una misión de observación y de corrección del fuego de artillería que se abrió contra un puesto de milicianos. Por su parte Eroféev y Alexándrov se encuentran procesados en Ucrania por varios cargos, como participación en «actividades terroristas», tenencia ilegal de armas y cruce ilegal de la frontera, un cargo por el que también ha procesado Rusia a la piloto ucraniana. El asesinato de uno de los abogados de los soldados es algo que muchos temían.
«Grabovski fue asesinado de manera violenta y recibió un tiro de gracia», dijo hoy el jefe de la Fiscalía militar ucraniana, Anatoli Matios. En una pierna de la víctima había una tobillera con un artefacto explosivo. El cuerpo de Grabovski, fue hallado anoche en la región de Kiev. La Asociación Nacional de Abogados de Ucrania indicó que los sospechosos ya han sido detenidos y que antes señalaron el lugar en el que estaba enterrado el abogado, ha publicado la prensa local.
«En este momento existen dos hipótesis contrarias sobre las personas que están detrás del asesinato», ha dicho el periódico ucraniano «Kraina». Oksana Sokolovskaya, la abogada de Eroféev, denunció en enero las presiones por parte de la Fiscalía: «Un fiscal de la provincia de Kiev trató de notificarme que soy sospechosa de un delito», afirmó Sokolovskaya, al precisar que el supuesto delito del que se le acusa es una grave lesión intencionada. Amnistía Internacional ha reclamado al gobierno ucraniano «que dé todos los pasos necesarios para acabar con estos abusos» y a garantizar la seguridad del resto de los letrados que trabajan en el caso.
Autor: Xavier Colás
Fuente: El Mundo