El 5 de octubre el medio español El Confidencial publicó “Vivir en el frente de la guerra olvidada de Europa: «Nos bombardean todas las noches», un artículo escrito por Ethel Bonet. Bajo el nombre de la autora la ubicación dice “República Popular del Donbás”.
Luego, en el texto, se usa el mismo término en el contexto de la muerte de su “líder” Aleksandr Zajarchenko. Es difícil decir por qué el medio de comunicación pone como localidad una “república” inexistente y no reconocida por ningún Estado; es más, al parecer, juntó las dos formaciones separatistas del Donbás para crear una nueva ”República Popular de Donetsk” y una “República Popular de Lugansk”. El reportaje hecho por la corresponsal cerca de la línea de contacto en el este de Ucrania, aunque opera con cifras reales, está lleno de narrativas pro-Kremlin sin mencionar lo esencial de este conflicto: la evidencia de la presencia de las tropas rusas y la ocupación de los territorios ucranianos por las acciones agresivas de Rusia.
StopFake analizó todos los detalles erróneos mencionados en la nota, junto con las falacias de la propaganda rusa repetidas en ella y los hechos omitidos sobre la guerra del Donbás.
En la nota repetidamente es mencionado el “aeropuerto internacional de Donbás”, pero tal aeropuerto no existe y nunca ha existido, desde el contexto suponemos que se trata del aeropuerto de la ciudad de Donetsk. Para aclarar los nombres de los topónimos, Donetsk y Lugansk son ciudades, pero el Donbás es el nombre informal de la región y es un acrónimo de “Donetski vugilny basein” (en ucraniano, “la cuenca del carbón de Donetsk”). La región abarca ambas provincias, pero la agresión rusa y los territorios ocupados del este son solamente algunos distritos de ambas provincias y no las dos provincias en completo.
Luego, en el artículo varias veces encontramos las frases “el gobierno de Kiev” o “las fuerzas de Kiev” o “el ejército de Kiev”. Pues, esto no se corresponde con la realidad, porque el parlamento y el presidente fueron elegidos por toda Ucrania en 2014. Al igual que las Fuerzas Armadas de Ucrania o el ejército ucraniano, debe llamarse así, porque involucra la gente de todo el país. Todos estos términos a menudo son utilizados por la propaganda del Kremlin junto con los medios de comunicación masiva. Otro término del artículo —aún más absurdo— para llamar al ejército de Ucrania es “las fuerzas pro-OTAN”. Ucrania y su ejército no forma parte de la OTAN, y las fuerzas de la OTAN — al contrario de las tropas rusas— no están presentes en el este del país. Este método de mostrar que el conflicto es “una guerra civil” (también mencionado por la autora de El Confidencial) y que los partidarios son “fuerzas pro-OTAN y milicias separatistas” se usa ampliamente por la propaganda rusa con el propósito de excluir la participación de Rusia y mostrar que el interés lo tiene Occidente. La evidencia de la presencia de las fuerzas rusas es innegable, uno de ejemplos lo podemos ver en el documental de Simon Ostrovsky. También el mismo hecho fue mencionado en el documental de StopFake.
En el artículo afirman que “ninguno de los bandos enfrentados ha respetado estos acuerdos” (de Minsk). Tal afirmación es una mera especulación. Los acuerdos de Minsk II fueron firmados por la cumbre de Normandia, entre los cuales están Ucrania, Rusia, Francia y Alemania. Los últimos dos países, a nivel oficial, recientemente habían dicho que la parte ucraniana cumple con Minsk II, en el contexto de la prorrogación de la ley sobre el estado especial de las provincias del Donbás, contra las elecciones que los separatistas (los títeres del Kremlin) quieren celebrar en noviembre de este año. Tales declaraciones fueron hechas por el MAE de Alemania y el de Francia.
La que vigila el cumplimento del Minsk II en la zona del conflicto es la Misión Especial de la OSCE.
En su reciente entrevista para la Radio Liberty, el representante de la OSCE, Alexandr Hug, dijo que ellos tienen acceso limitado en las zonas no controladas por el gobierno ucraniano:
“Tenemos algún acceso, pero es limitado. Nos enfrentamos a restricciones a la libertad de movimiento en áreas no controladas por el gobierno. Hay una razón para esto: las partes son conscientes de que si vemos violaciones de los Acuerdos de Minsk, especialmente las relacionadas con el retiro de armas o la proliferación de fuerzas y equipos, lo notificaremos en nuestros informes”.
Al citar a su héroe Nikolai, la autora escribe que “durante la cruenta batalla del aeropuerto del Donbás, las fuerzas de Kiev bombardearon con artillería, bombas de racimo e incluso bombas de fósforo”. No es nada más que la repetición de las viejas noticias falsas transmitidas por los medios pro-Kremlin en 2014 y 2015.
En 2014 en Internet daba vueltas una foto de una bomba de racimo, supuestamente hallada en Donetsk, y tal foto fue demostrada como la prueba del uso de tales bombas por el ejército ucraniano. Sin embargo, resultó ser un descarado fake, porque la foto fue hecha por la Associated Press en 2006 en Livan y pertenecía a Israel. StopFake informó sobre el asunto en julio de 2014.
Sobre las bombas de fósforo, estas falacias han aparecido en las noticias más de una vez. En junio de 2014 fue difundido un vídeo con la descripción del presunto uso de las bombas de fósforo por el ejército ucraniano cerca de la ciudad de Slaviansk, pero el equipo de StopFake encontró que este video era una prueba falsa, ya que fue grabado en 2004 en Irak.
Y no era el único: otro video falso sobre las bombas de fósforo fue publicado por la agencia de noticias Novorossia en septiembre de 2014, diciendo que fue grabado en Donetsk. Sin embargo, el vídeo no muestra las bombas de fósforo, como demostró StopFake. Realmente son iluminaciones para la aviación; las llamadas «luciérnagas» son necesarias, como una trampa de calor para atrapar el sistema de defensa aérea portátil. Mientras que las acusaciones del uso de las bombas de fósforo en el Donbás no fueron confirmadas por Human Right Watch, tampoco por la SMM OSCE.
El capellán Andrii Polujin, que estuvo presente durante los combates del aeropuerto de Donetsk, confirma para StopFake que no se usaron armas químicas. Cuando regresó a Kyiv hizo pruebas de sangre para ver si hubo envenenamiento alguno: no fue hallado nada de esto.
La frase del artículo de El Confidencial “el joven gobierno comunista del Donbás recibe todo el material para la reconstrucción de la vecina Rusia” no tiene sentido, porque no hay ningún gobierno joven; ni comunista ni del Donbás (¿se trata de la administración rusa de Donetsk o de Lugansk?). Lo que ciertamente recibe desde Rusia son armas, pero esto le faltó mencionar a la autora, como si fuera algo insignificante.
Otra frase sin sentido: “las zonas limítrofes con los territorios de Ucrania occidental son las más afectadas”. Ucrania occidental son las regiones de Chernivtsi, Lviv, Ternopil, Rivne, Ivano-Frankivsk, Zakarpattia y ninguna de estas provincias están afectadas, tampoco tienen limítrofes con los distritos ocupados del Donbás, porque la línea de contacto está dentro de las provincias de Donetsk y de Lugansk. Ambas regiones del país son orientales.
Es cierto que la ONU estima que son 200 mil civiles los que viven dentro de una franja de 5 kilómetros de la línea de contacto en la parte de las provincias de Lugansk y Donetsk controlados por el gobierno ucraniano. Lo que no es cierto es la afirmación de la autora de que el “conflicto en 2014 desgranó a Ucrania en tres repúblicas prorrusas y en otra europeísta”. Es difícil entender dónde la periodista contó tantas presuntas repúblicas dentro de un país con un Estado unitario, como lo es Ucrania. E incluso con las dos “repúblicas” autoproclamadas de Donetsk y de Lugansk, no se encuentra la tercera ni la cuarta. Si se trata de Crimea, según la ley internacional fue una anexión ilegal y la ocupación de la península junto con el falsificado referéndum bajo las armas rusas. ¿“República europeista” llama a una Ucrania legal con la capital en Kyiv? Preferimos el nombre de Ucrania, como en los documentos oficiales y en la Constitución.
Luego menciona que 72 personas padecieron como víctimas de las minas antipersona en el este de Ucrania, olvidando decir que Ucrania opera dentro de la Convención de Ottawa, la cual prohíbe el uso de minas antipersonales. Recientemente StopFake ha publicado una refutación sobre la tragedia por la causa de tales minas que costó las vidas de tres chicos.
Una de las heroínas del artículo de El Confidencial cuenta que no puede visitar a sus amigos “en el lado de Ucrania”. Pues no es cierto, porque pese al hecho de que la situación sigue siendo tensa, mucha gente puede ir y volver tras los puntos de control. Por ejemplo, durante el año pasado, la línea de contacto en las provincias de Donetsk y de Lugansk fue cruzada por los ciudadanos 11,5 millones de veces, informó el viceministro del Ministerio sobre las Cuestiones de los Territorios Temporalmente Ocupados y los Asuntos de los Desplazados Internos de Ucrania, Georgy Tuka.
La autora de El Confidencial ninguna vez en su artículo mencionó el hecho de la agresión de la Federación de Rusia contra Ucrania, ni la ocupación de Crimea. Tampoco presentó ningún comentario que revelara la posición de Ucrania, la cual, por cierto, está apoyada por todos los países democráticos, incluyendo a España. Por lo tanto, todo el reportaje falla en su pretendida objetividad sobre lo que ocurre en Ucrania con el uso de términos que no usan los oficiales de la Unión Europea, o la misma Ucrania, sino la propaganda del Kremlin.