Es una narrativa habitual de la propaganda rusa decir que Ucrania padece numerosas epidemias y amenaza al mundo con cólera, VIH, peste, hepatitis, sarampión, tuberculosis y muchos otras enfermedades. Esta vez, los medios rusos difundieron información de que se encontró un “virus” de cólera cerca de la ciudad de Mariúpol ucraniana en las aguas del mar de Azov.
Como siempre la falacia fue difundida por LIFE.ru, Vzgliad, ТАSS, Utrо.ru, AiF.ru. Lo que sorprende más es el hecho de que varios medios rusos ya han desmentido tal desinformación, como RIА Novosti y ТАSS.
Otro detalle es que al hablar de cólera lo llamaron “virus”, aunque el vibrio cholerae es una bacteria que provoca cólera en humanos.
La fuente del fake tampoco sorprende: las autoridades separatistas de Donetsk, respaldados por las tropas rusas. La página de las milicias de Donetsk el 6 de julio difundió la información de que un empleado de la administración de la ciudad de Mariúpol supuestamente les dijo sobre «la amenaza de un brote de una enfermedad infecciosa en las partes controladas por el gobierno ucraniano”. Tal fuente afirmó que, supuestamente, desde 2017 las estaciones sanitarias y epidemiológicas de la ciudad regularmente registran casos de vibrios del cólera, pero las autoridades ucranianas ignoran los informes. Agregan que los vibrios del cólera amenazan los territorios rusos, en particular la región del Rostov del Don.
El 10 de julio, empezaron a aparecer informes en la prensa de que el Servicio Federal para la Supervisión de la Protección de los Derechos del Consumidor y del Bienestar Humano (Rospotrebnadzor, en ruso) comenzó a realizar su propio examen de las aguas del mar de Azov. También, el 10 de julio, el Rospotrebnadzor envió una carta a la Oficina Regional de la OMS de Europa solicitando información sobre «casos de cólera entre personas y los resultados de estudios de laboratorio del medio ambiente (aguas abiertas de Ucrania)».
La división europea de la Organización Mundial de la Salud le respondió que “no tienen ningún dato sobre resultados positivos de las pruebas de varillas de cólera (V. cholerae) en humanos o en el medio ambiente en la ciudad de Mariúpol, Ucrania o en las áreas circundantes, en 2018”. Además, en su respuesta admitieron que habían encontrado varios informes en los medios de comunicación sobre el asunto, pero la verosimilitud de ellos no ha sido comprobada. En la OMS subrayan que «Ucrania realiza un monitoreo regular de las muestras del medio ambiente, que incluye un análisis para detectar el cólera, en todas las regiones del país y en 2018 no se encontraron muestras positivas de cólera en el medio ambiente de la región de Donetsk». Además, como se afirma en el mensaje, la presencia de cólera en muestras ambientales «no es igual a la existencia de un riesgo para la salud pública en términos del brote de cólera epidémico».
El servicio de prensa del Ministerio de Salud Pública de Ucrania respondió a una solicitud mandada por StopFake, dijo que hasta el día 18 de julio de 2018 no se han registrado casos de infección de cólera ni se han encontrado vibrios peligrosos de cólera en Donetsk u otras regiones de Ucrania. El Ministerio de la Salud Pública de Ucrania también refutó este fake en su página oficial.
“El mar de Azov y la ciudad de Mariúpol son el área de distribución tradicional de los vibrios del cólera, pues la característica de estos es que algunos de ellos son formas no aglutinantes, es decir, aquellos que no causan enfermedades”, explicó el director del Centro de Protección de Salud del Ministerio, Volodymyr Kurpita. Como afirma el experto, esta forma de cólera se puede encontrar de vez en cuando, pero no conlleva ningún peligro para los seres humanos.
Incluso en las condiciones de ocupación de parte de la región de Donetsk, las autoridades de Ucrania continúan vigilando la situación ecológica en la región, esto lo hace en particular el centro de laboratorios de Mariúpol.
El experto recordó que, debido a que el país forma parte de la red mundial del Reglamento Sanitario Internacional, Ucrania tiene la obligación de informar a la comunidad mundial sobre la detección de enfermedades tales como, por ejemplo, el cólera o la fiebre tifoidea. Aunque es difícil controlar las emisiones y contaminaciones al mar de Azov por parte de los territorios ocupados.
Vlolodymyr Kurpita explica que las fuentes de agua potable se someten a un control de producción regular para la presencia de bacterias del llamado «grupo intestinal».
«Existe el riesgo de que, en condiciones de calor y violación del proceso de monitoreo de aguas residuales de grandes ciudades en un territorio no controlado, pueda haber un lanzamiento, pero para esto solo estamos haciendo este control. Ahora no tenemos información sobre la propagación masiva de infecciones dañinas en esta región», agrega Kurpita.