El fichaje del delantero por el Rayo se frustró sin pruebas fehacientes de que tenga vínculos neonazis, informó El País.
El futbolista ucranio Roman Zozulya fue rechazado este miércoles del Rayo Vallecano por su presunta ideología nazi y financiación de grupos paramilitares ultraderechistas, pese a no haber pruebas fehacientes. Los medios estatales rusos— principalmente la agencia de noticias Sputnik y el canal de televisión Russia Today (RT)— han llevado a cabo una campaña de desinformación para asociar el nacionalismo ucranio con la ideología neonazi, presente en algunos miembros de ciertas milicias progubernamentales, pero no extendida unánimemente entre los voluntarios leales a Kiev que combaten contra las milicias prorrusas en el este de Ucrania.
Nacido en Kiev, Zozulya se ha mostrado sin tapujos como un ferviente nacionalista, defensor de recuperar militarmente el Donbás— la cuenca minera que agrupa las provincias rebeldes de Donetsk y Lugansk—. Zozulya jugaba en el Dnipro Dnipropetrovsk cuando se desató el conflicto. Dnipropetrovsk, la tercera ciudad del país, se convirtió en uno de los focos, al ser la vanguardia de la operación militar encaminada a recuperar el territorio arrebatado por los rebeldes.
La odisea de Zozulya en España comenzó en agosto, cuando aterrizó en Sevilla para fichar por el Betis. El delantero, internacional con las categorías inferiores desde los 15 años, llegó al aeropuerto de San Pablo con una camiseta que lucía el escudo ucranio, un símbolo que diversos medios españoles relacionaronerróneamente con el Batallón Azov, una unidad de voluntarios de extrema derecha— en origen un grupo paramilitar, hoy integrado en el Ejército—. La cuenta de YouTube de este grupo colgó un vídeo, presente en muchas otras cuentas, en el que Zozulya defendía, sin nombrar al batallón, «la victoria de la nación» frente a «la claudicación».
La desinformación de RT ha defendido que la ideología neonazi está muy presente en Ucrania y especialmente entre los voluntarios que luchan en el frente contra las milicias prorrusas. Los partidos que representan la derecha más radical obtuvieron en torno a un 6% en las últimas elecciones ucranias, una cifra inferior a la que han cosechado otras formaciones de ideología similar en países miembros de la UE. «La propaganda rusa vinculó el Maidán con el auge de los neonazis, un mito que se ha desmontado en cada cita electoral», asegura Borja Lasheras, director en Madrid del Centro Europeo de Relaciones Exteriores. «Estos grupos radicales tienen una visibilidad mayor que su representación política», matiza.
El futbolista ha colaborado activamente —a través de aportaciones económicas y cediendo su imagen—, con el Ejército Popular (Narodna Armiya, en ucraniano), una fundación-milicia de voluntarios que ha sido premiada recientemente por el Ministerio de Defensa. Zozulya también fue condecorado por el Gobierno de Petró Poroshenko con una medalla «por el servicio realizado en favor de las Fuerzas Armadas». El delantero subastó su medalla de finalista de la Europa League y destinó la recaudación a cubrir las necesidades de los niños en las localidades situadas en el frente. Hace unas semanas, el canterano del Dinamo de Kiev donó un dron al Ejército.
La embajada de Ucrania en España ha emitido un comunicado en el que expresa su «profunda preocupación» por las acusaciones injustas de nazismo y paramilitarismo, y añade que están «muy orgullosos de tener jóvenes tan patrióticos y valientes» como él. El ministro de Exteriores ucranio, Pavlo Klimkin, aseguró este domingo en Twitter que el caso Zozulya es un «ejemplo de cómo la propaganda rusa puede manipular en todos lados».
Las cuentas de Zozulya en las redes sociales evidencian su fuerte sentimiento nacionalista. El atacante, internacional absoluto desde los 20 años, no ha ocultado nunca su admiración por Stepán Bandera, una figura destacada y controvertida del nacionalismo ucranio. Héroe independentista y anticomunista en el oeste del país y títere nazi para el este rusófilo.
No hay pruebas de que el futbolista haya usado símbolos o banderas filonazis. Tampoco ha hecho comentarios racistas o antisemitas, ni el saludo fascista a los ultras de su equipo, como sí hicieron el italiano Paolo Di Canio, que se definía a sí mismo como fascista; el griego Giorgios Katidis, que fue expulsado de la selección nacional de forma vitalicia; o el controvertido gesto antisemita del exmadridista Nicolas Anelka, que la ministra de Deportes francesa calificó de «repugnante».
El juicio popular y sumarísimo al que parte de la afición rayista sometió a Zozulya le mantendrá apartado de los terrenos de juego españoles al menos hasta agosto. Un plebiscito al que nunca se hubiera visto expuesto de no haber estallado la guerra en Ucrania en 2014. Contienda en la que los Bukaneros, los ultras del Rayo que encabezaron la repudia al delantero, se posicionaron claramente desde el principio a favor de los separatistas prorrusos. Lo previsible es que el seleccionador ucranio— el balón de oro y expolítico Andrei Shevchenko— quien ya ha salido en su defensa, sí que le convoque, pese a la falta de ritmo competitivo, para los partidos de marzo en Croacia y Finlandia.
Fuente: El País