Fuente: Centro de Comunicaciones Estratégicas y Seguridad de la Información
Traducido por StopFake
En 2022 el centro ha analizado el panorama mediático de Brasil, Argentina y México basándose en el monitoreo realizado por la start-up social ucraniana LetsData entre el 12 y el 25 de septiembre para descubrir qué narrativas rusas prevalecen en el espacio mediático de los países latinoamericanos.
El Centro de Comunicaciones Estratégicas y Seguridad de la Información continúa monitoreando el escenario mediático mundial para la detección de las narrativas rusas y el nivel de influencia de la propaganda del Kremlin en en el espacio de información extranjero.
Este año el Centro, en colaboración con LetsData, ha continuado el análisis del panorama de Argentina y Brasil durante 2 meses (enero y febrero de 2023), para rastrear las principales tendencias y cambios en la difusión de las narrativas rusas en América Latina.
Metodología: con la ayuda del aprendizaje automático se han recopilado publicaciones con al menos una mención sobre Ucrania y/o la guerra en Ucrania en los medios online de los países objeto de estudio. Se escogieron las páginas web de medios online más visitadas para cada país (también se tienen en cuenta los que comparten retórica prorrusa, los canales de televisión y los periódicos que tienen una versión online). La recolección y análisis de datos se llevó a cabo en el idioma original. La preparación y procesamiento de datos se realizó mediante el lenguaje de programación Python. El análisis de contenido fue la base del procesamiento de textos.
La investigación presenta únicamente las narrativas y mensajes que reproducen la propaganda rusa, lo cual no excluye la presencia de narrativas productivas y neutrales en los medios de los países analizados.
LOS MENSAJES RUSOS DIFUNDIDOS EN ARGENTINA Y BRASIL
De entre las principales narrativas rusas en el panorama de Brasil, México y Argentina, la investigación del Centro realizada en 2022 destaca las relacionadas con la amenaza nuclear, la rusofobia, apelaciones a negociaciones pacíficas y el apoyo de China en la guerra de Rusia contra Ucrania.
Durante el estudio del escenario mediático del 2023 también se observaron narrativas rusas en los medios online de Argentina y Brasil.
Por ejemplo, hasta ahora se ha señalado la difusión de mensajes sobre el chantaje con el uso de armas nucleares por parte de Rusia: «Medvedev advierte a la OTAN de una guerra nuclear si Rusia es derrotada en Ucrania«, «La participación de la OTAN en la guerra de Rusia contra Ucrania podría aumentar el riesgo de la guerra nuclear«. Las apelaciones a diálogos de paz tampoco han perdido relevancia en la agenda de los medios online de Argentina y Brasil.
Los mensajes difundidos también justificaban la guerra de Rusia contra Ucrania y convencían a la audiencia extranjera de que “los militares rusos que se encuentran en Ucrania están defendiendo los intereses de la nación rusa, el futuro y a sus hijos”.
Además, los mensajes descubiertos desacreditaban activamente al ejército ucraniano, con titulares como: «Rusia garantiza la observancia del alto el fuego a pesar de los bombardeos ucranianos» y «Ucrania amenaza a los civiles«.
Tampoco las mencionadas narrativas rusas evitaron señalar la participación de la OTAN y de EEUU en la guerra de Rusia contra Ucrania. En particular, en enero y febrero los relatos que predominaban en el espacio informativo de Argentina y Brasil trataban de que: “Rusia no lucha contra Ucrania, sino contra la OTAN”, “Washington y Bruselas han usado los Acuerdos de Minsk para preparar el conflicto con Rusia” y “Ucrania es presionada para iniciar la contraofensiva que calmará a la OTAN”.
Una serie de mensajes continuaba promoviendo la afirmación de que Ucrania está «bajo el control» de EEUU, como por ejemplo: “Ucrania es carne de cañón para la élite estadounidense, necesaria para la realización de sus ambiciones geopolíticas” y “Ucrania se ha convertido en un grupo paramilitar de la OTAN, dispuesto a cumplir todas las tareas”.
Las amenazas de «escalada del conflicto» en el caso de que continuara la ayuda militar a Ucrania desde Occidente siguieron siendo un tema principal aislado: “El suministro de tanques británicos a Ucrania solo intensificará la guerra», «Ucrania recibirá más armas pesadas de la OTAN y Rusia advierte de una escalada del conflicto” y “en el Kremlin dicen que los ucranianos sufrirán si Occidente envía aviones de combate a Ucrania”.
Tampoco ha desaparecido de la agenda el impacto de las sanciones en Rusia y en Occidente. Particularmente, mensajes que fueron señalados en los medios online de Argentina y Brasil aseguraban “las consecuencias negativas para Occidente” de las sanciones de la UE: «la actitud de Occidente hacia Putin provocó una gran crisis energética en Europa, ya que la principal fuente de energía para muchos países era gas ruso«.
Durante enero y febrero también aparecieron en la agenda mensajes que correspondían a otras narrativas difundidas por Rusia. Por ejemplo: “la fatiga de los aliados por la guerra en Ucrania”.
Durante el monitoreo, los medios online destacaron mensajes sobre Crimea, pero hasta ahora han reproducido mensajes rusos como: «Las autoridades rusas rechazan la idea de devolver Crimea a Ucrania«.
MENSAJES DE SITUACIÓN DESTACADOS EN LOS MEDIOS ONLINE DE BRASIL Y ARGENTINA
En enero-febrero de 2023, durante el monitoreo, también se observaron mensajes aislados en el contexto de eventos separados durante las operaciones militares de la Federación Rusa en el territorio de Ucrania.
Por ejemplo, con respecto al impacto del cohete contra un edificio residencial en Dnipró el 14 de enero, los medios online de Argentina y Brasil señalaron la difusión del mensaje de que «Rusia niega un ataque deliberado contra un edificio residencial en Dnipró y culpa de la “tragedia” a la operación de los sistemas antiaéreo de Ucrania«.
Además, se señaló la difusión de la «acusación» de Rusia sobre el supuesto «uso de armas químicas cerca de Artemivsk y Vugledar« por parte de Ucrania, sin embargo, no se proporcionaron pruebas de este hecho. La transliteración de los topónimos al ruso indica que las fuentes rusas se repiten en las noticias regionales, que deliberadamente difunden información falsa sobre las tropas ucranianas. Dado que la Federación Rusa tiene una tendencia de acusar falsamente a sus oponentes de organizar «provocaciones», que no sucedieron en absoluto o que luego llevaron a cabo ellos mismos o sus aliados.
MENSAJES REGIONALES QUE REPRODUCEN LAS NARRATIVAS DE LA PROPAGANDA RUSA
Aparte de los mensajes y narrativas universales que reproducen el discurso de la propaganda rusa, también se captaron durante el monitoreo aquellos que cubren directamente el contexto de los países estudiados
Según un análisis del panorama mediático, Brasil ocupa la supuesta posición de «país pacífico». Por ejemplo, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, explica la negativa a proporcionar armas a Ucrania por el hecho de que «Brasil no está interesada en transferir municiones para ser utilizadas en la guerra entre Ucrania y Rusia y no quiere participar en esta guerra, aunque sea de manera indirecta”.
Además, el todavía presidente de Brasil realiza regularmente otras declaraciones similares que son replicadas por los medios de comunicación locales, y de esta manera se sustentan las ideas de algunas narrativas de la propaganda rusa. Por ejemplo, «Esta guerra es un error, pero Ucrania debería buscar la paz con Rusia, Lula» y «Brasil está librando una guerra contra la pobreza, no Rusia«.
Expresando tal posición, Brasil busca preservar cierta independencia de los Estados Unidos y los estados europeos, pero en esta situación, distanciarse de los aliados de Ucrania significa ponerse del lado de Rusia. Esta tendencia es bastante peligrosa, ya que Brasil es un modelo a seguir para otros países de la región.
Fuente: Centro de Comunicaciones Estratégicas y Seguridad de la Información
Comentario del experto
Las narrativas citadas en el estudio, sin duda, están presentes en los medios y la sociedad de Argentina y Brasil. Sin embargo, me gustaría señalar que de toda la región, es Argentina la que aún muestra mayor interés por los acontecimientos de Ucrania, lo que no puedo decir sobre Brasil. Los principales canales de televisión y estaciones de radio argentinas (la radio en Argentina es extremadamente popular) han cubierto la invasión rusa de Ucrania hasta ahora de manera bastante pertinente y equilibrada. Sin embargo, las narrativas del Kremlin mencionadas aparecen de vez en cuando en los informes y en los comentarios de los espectadores. Hay varias razones para esto.
En primer lugar, en Argentina y Brasil, muchos periodistas y expertos invitados, francamente, no tienen una buena comprensión de la situación, sin mencionar una comprensión detallada de las causas de esta guerra, los eventos hasta 2022, los motivos de Rusia, etc. Debido a esto, aparecen en los medios de comunicación falsas narrativas sobre «lealtad de las regiones de habla rusa de Ucrania a Rusia», «lazos fraternales entre Ucrania y Rusia», «tierras históricas», etc. Tal ignorancia es el resultado de la falta de comunicación de Ucrania y la consecuencia de la falta de interés mutuo de los países durante muchos años.
Tampoco olvidemos que Argentina y Brasil tienen relaciones bastante singulares con Occidente. El gobierno populista y la sociedad argentina siguen reflexionando sobre el tema de la guerra perdida de las Malvinas, que muchos consideran una guerra con la OTAN y Occidente, lo cual es cierto en ciertos puntos. Brasil, en cambio, se posiciona como un líder regional, una potencia alternativa, y eso provoca un choque con Estados Unidos. No es de extrañar que la participación activa de los países de la OTAN en la guerra de Ucrania y el acercamiento de Kiev a Occidente se perciban de forma crítica en ambos países. Y como resultado, narraciones del Kremlin como «Ucrania bajo el control de los EEUU», «Provocaciones occidentales contra Rusia», «La guerra de Moscú con la OTAN, no con Ucrania» allí se perciben fácilmente.
En la comunicación con los colegas argentinos y brasileños, Ucrania no debe enfatizar las relaciones con los socios occidentales ni enfatizar nuestra estrecha cooperación y dependencia. Por el contrario, se deben buscar los intereses comunes de Ucrania, Argentina y Brasil como sujetos individuales de las relaciones internacionales, teniendo en cuenta los intereses de las partes.
Las narrativas sobre la amenaza nuclear se encuentran entre las más populares en los medios. Este tema es utilizado tanto por los medios de comunicación pro-rusos como por los serios. Las principales razones siguen siendo la “popularidad” y una sincera incomprensión del factor nuclear en esta guerra. Ni los argentinos ni los brasileños temen una guerra nuclear en Europa, pero hay una narrativa constante de que Ucrania «necesita negociar para evitar una escalada”. La mayoría de los medios de comunicación argentinos y brasileños difundieron la amenaza nuclear como algo real en la situación de derrota de la Federación Rusa y «Putin acorralado». Kyiv debería transmitir la narrativa de que la amenaza nuclear es un chantaje ruso y un escenario improbable debido a la pérdida gradual de legitimidad del gobierno ruso y la desventaja de una guerra nuclear para la propia Rusia.
Las duras batallas en Bajmut se mantienen como trending topic durante mucho tiempo. De hecho, registramos las narrativas de que «la guerra ha llegado a un callejón sin salida», «Ucrania no puede ganar debido a la falta de recursos», «Rusia presionará la situación a su favor a toda costa». A veces parece que las audiencias de Argentina y Brasil todavía no han aceptado el fracaso de la maquinaria de guerra rusa, y las élites quisieran demostrar la invencibilidad de su aliado político de Moscú. Sin embargo, este fenómeno es temporal. Los medios de comunicación argentinos, que en su mayoría son empresas privadas, cubren voluntariamente los desarrollos y éxitos de Ucrania, a pesar de la posición «neutral» oficial del gobierno. En Brasil, lamentablemente, la atención sobre Ucrania surge solo en relación con eventos de alto perfil.
Oleksandr Slyvchuk,
coordinador del programa de cooperación con España y América Latina del Centro para el Diálogo Transatlántico